Giglio, Italia.- Los equipos especializados necesitarán más tiempo y dinero para reflotar el crucero de placer Costa Concordia encallado frente a la costa toscana desde el año pasado, en parte para evitar fugas del material tóxico que pueda dañar el santuario marino que le rodea, dijeron hoy las autoridades.

Los especialistas del medio ambiente y operaciones de rescate insistieron que las 112,000 toneladas de la nave, su precario estado frente al puerto de la isla de Giglio y el medio ambiente son factores en ese retraso.

Las aguas que bañan Giglio forman parte de un santuario marino protegido para delfines, mantas y ballenas y la zona es muy frecuentada por los buceadores deportivos. El turismo descendió el año pasado un 28% en parte ante el espectáculo del puerto de Giglio, y las autoridades reconocieron que la nave no será retirada antes de concluir el tercer trimestre.

El director de la agencia de protección civil italiana, Franco Gabriele, dijo a los periodistas que las autoridades calculan que sería septiembre la fecha para la probable retirada de la nave, teniendo en cuenta cálculos conservadores del fuerte oleaje y la pobre visibilidad. En un principio, las autoridades creyeron que el reflote de la nave sería logrado para principios del 2013.

Además, Gabriele y los directivos de Costa dijeron que el costo podría ascender ahora a 400 millones de euros ($530 millones), de los 300 millones de euros ($400 millones) calculados en un principio.

El Concordia encalló en un arrecife frente a Giglio el 13 de enero del 2012, tras salirse de rumbo el capitán y acercar la nave a la isla. Con una vía de agua de 70 metros en el casco (230 pies), el Concordia volcó en un costado y quedó varado frente al puerto de Giglio. Murieron 32 personas.

El capitán, Francesco Schettino, sigue bajo arresto domiciliario acusado de muertes involuntarias, causar un naufragio y abandonar la nave antes de ser evacuados todos los pasajeros. Schettino sostiene que salvó vidas al acercar la nave a la costa y que el arrecife no figuraba en sus cartas de navegación.

Las cuadrillas de rescate retiraron el año pasado unas 2,100 toneladas de combustible del crucero sin causar derrame alguno.