Río de Janeiro - El vigilante que confesó haber asesinado a 39 personas en la ciudad de Goiania, capital del estado brasileño de Goiás (centro), pidió hoy perdón por sus crímenes y se dijo arrepentido de sus actos en una rueda de prensa que concedió en la comisaría en la que está preso.

"Quería pedir perdón por lo que hice. Creo que ahora es tarde para decir eso, pero me gustaría tener la oportunidad de que me ayudaran de alguna forma", dijo el vigilante Thiago Henrique Gomes da Rocha, de 26 años, en una rueda de prensa en la que respondió escuetamente a algunas preguntas.

El homicida confeso, arrestado el pasado jueves y que el viernes intentó suicidarse en la celda en la que está aislado, dijo que su deseo inmediato es poder disculparse con las madres y los familiares de sus víctimas.

Pese a no responder si considera que sufre alguna enfermedad mental, el vigilante solicitó ayuda médica para librarse "del sentimiento de rabia" que, alegó, le llevaba a cometer los homicidios.

"No da para explicar lo que siento. Es una rabia muy grande", aseguró al ser interrogado sobre el motivo de los crímenes.

Gomes da Rocha, que dijo estar arrepentido, agregó que el sentimiento de rabia lo llevaba a buscar en la calle posibles víctimas de forma indiscriminada, ya que no importaba su edad o sexo.

Entre sus víctimas se encuentran 16 mujeres, 8 mendigos y otros 15 hombres elegidos al azar, entre los cuales se encuentran varios homosexuales.

En la rueda de prensa, en respuestas casi que con monosílabos, admitió haber sido víctima de abusos sexuales en su infancia y relató que nunca denunció al vecino que lo violó por algún tiempo cuando tenía once años.

Dijo igualmente que sufría "bullying" en la escuela y que esos recuerdos le provocaban el sentimiento de rabia.

Tanto la Policía como su abogado dijeron estar impresionados con la riqueza de detalles que ofreció sobre los diferentes homicidios.

Gomes da Rocha fue arrestado el año pasado por robar una matrícula de motocicleta en el estacionamiento de un centro comercial y la Policía sospecha que cambiaba las matrículas de su vehículo frecuentemente para evitar ser identificado.

El asesino "hacía vida normal" y estaba comprometido con una mujer, aseguró a Efe un portavoz de la Policía.