Un periodista de investigación, que escribió entre otros temas sobre la presencia de mercenarios rusos en Siria, murió al caer del balcón de su departamento. Los investigadores afirmaron este lunes que no hallaron elementos sospechosos en su fallecimiento.

Maxim Borodin, de 32 años, falleció el domingo en un hospital en Ekaterimburgo, ciudad de 1.4 millones de habitantes en los Urales por las heridas que le provocó la caída, indicaron las agencias de prensa rusas.

Borodin trabajaba para el periódico "Novyi Dien" (Nuevo Día) y dio cuenta recientemente de la muerte de mercenarios rusos en Siria, empleados de una empresa militar privada conocida como Grupo Wagner. Escribía regularmente sobre la corrupción y el crimen organizado.

El 7 de febrero, un grupo de mercenarios rusos atacó a un grupo de rebeldes sirios. La coalición liderada por Estados Unidos, país que apoya a los rebeldes, contraatacó con bombardeos. Según las estimaciones de algunos medios, el ataque dejó más de 200 mercenarios rusos muertos, pero el Kremlin solo ha admitido que se produjeron cinco víctimas y ha dicho que ninguna de ellas era militar.

"No hay razones de abrir una investigación criminal. Varias versiones están siendo analizadas, entre ellas la del accidente, pero no hay signos que muestren que se cometió un crimen", declaró el Comité de investigación local a la agencia TASS.

El representante para la libertad de los medios de la Organización para la Seguridad y la Cooperación de Europa (OSCE), Harlem Desir, afirmó que la muerte de Borodin era "muy preocupante".

La hipótesis principal de la policía rusa es que se trató de un suicidio, según Radio Free Europe.

Un portavoz de la policía de la provincia de Sverdlovsk explicó que la puerta de entrada del departamento de Borodin estaba cerrada desde el interior y que no había indicios de que hubiese sido forzada. 

Sin embargo, la jefa de redacción del medio en el que trabajaba Borodin, Polina Rumiantseva, dijo que no cree que la muerte del periodista haya sido un suicidio.

Un amigo de Borodin, Vyacheslav Bashkov, también pone en duda la versión de las autoridades. Bashkov publicó en Facebook que Borodin se puso en contacto con él a las 5 de la mañana del día en el que se produjo el suceso y que le comentó que su edificio estaba rodeado por "miembros de las fuerzas de seguridad" con ropa de camuflaje y con las caras tapadas. También dijo que había encapuchados en su balcón.

Según Bashkov, el periodista creía que las autoridades iban a registrar su departamento y que aún no lo habían hecho porque estaban esperando a que un tribunal les diese permiso para iniciar el proceso. Por eso contactó el periodista con Bashkov, para ver si podía conseguirle un abogado.

El amigo dijo que Borodin parecía alarmado, pero no como si estuviera histérico o borracho, así que "se tomó todo en serio" lo que le había dicho y que "le prometió ver qué podía hacer y llamarlo cuando supiese algo".

Bashkov continuó relatando en Facebook que, una hora después de la primera llamada, a las seis de la mañana, Borodin lo volvió a contactar. El periodista le pidió perdón, explicándole que se había equivocado, ya que los miembros de las fuerzas de seguridad estaban llevando a cabo algún tipo de ejercicio.

"No hablé con él después de eso, pero estaba esperando a que escribiese algo en Facebook", relató Bashkov. "Sin embargo, no escribió nada y al día siguiente los medios de comunicación informaron de que Maxim había sido encontrado debajo de su balcón y que estaba en la sala de emergencias", añadió el amigo del periodista. 

Según el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), una organización con sede en Nueva York, 58 periodistas fueron asesinados en Rusia desde 1992.