KARACHI, Pakistán. Una implacable ola de calor en Karachi ha causado la muerte de al menos 436 personas, dijeron el martes autoridades paquistaníes mientras las morgues no se dan abasto y los hospitales ayudan a los que se aferran a la vida.

Temperaturas de hasta 45 grados Celsius (113 Fahrenheit) castigan a la ciudad portuaria de Karachi desde el fin de semana. Prolongados cortes de electricidad, típicos en Pakistán, también afectaron a la ciudad al dejar inoperables los ventiladores y aires acondicionados en momentos en que la mayoría de la población se abstiene de consumir alimentos y agua durante el día como parte del Ramadán, el mes santo de los musulmanes.

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Los cortes de electricidad afectaron el esporádico suministro de agua, que es adquirida por los pudientes a camiones cisterna.

La mayoría de los muertos son ancianos, dijo Seemi Jamali, vocera del Hospital Jinnah. Miles recibían tratamiento por males causados por el calor como fiebre, deshidratación y dolencias estomacales, añadió. Las morgues no se dan abasto y la televisión local mostró cuerpos apilados en cámaras frigoríficas.

Muchos llegan al hospital ya inconscientes o casi inermes. Algunos pierden el sentido al llegar a las puertas de los sanatorios mientras hay pacientes acostados en bancos o sentados en sillas de ruedas en pasillos atestados. Familiares exaltados discuten con trabajadores de los hospitales para que se permita el acceso a sus seres queridos.

"Nos estamos muriendo y nos dicen que esperemos", dijo Moazzam Alí mientras dos mujeres trataban de tranquilizar a su madre que sufría deshidratación y esperaba ser atendida.

Temperatura global que no es sorpresa

De acuerdo con Zafar Ejaz, director de Salud de Karachi, al menos 436 personas han muerto a causa de la ola de calor.

El gobernador provincial Qaim Ali Shah ordenó el cierre de escuelas y oficinas públicas hasta que pase la ola de calor. El funcionario dijo que el gobierno federal es responsable de las muertes por no responder a su solicitud para arreglar el tendido eléctrico. Abid Sher Ali, un funcionario de rango medio responsable del agua y electricidad, culpó a su vez al gobierno de Karachi al decir que no puede manejar sus propios asuntos.

El meteorólogo Abdur Rauf dijo que es la ola de calor más grave de los últimos 10 años, y añadió que las lluvias del monzón en los próximos días llevarán alivio a la región.

Por el momento, sin embargo, Karachi arde. Los residentes de Karachi buscan agua para refrescarse en llaves públicas o tuberías rotas. Algunos se bañan con las ropas puestas. Mujeres y niños salen a las calles en busca de alivio al sofocante calor de sus pequeñas casas. Multitudes iracundas que protestan por los cortes a la electricidad y la escasez de agua han cerrado caminos y quemado llantas. 

Por su parte, el agente de la policía Aslam Khan dijo que no había violencia aunque aceptó que en algunos vecindarios hay una situación "parecida a la anarquía".

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