Tokio.- Ante la creciente tensión entre Washington y Corea del Norte, el alcalde de Nagasaki dijo el miércoles que el temor a otro ataque con bomba nuclear va en aumento, durante el acto del 72do aniversario de la bomba atómica lanzada por Estados Unidos sobre la ciudad nipona.

El regidor de Nagasaki, Tomihisa Taue, instó a los países con arsenal nuclear a abandonar este tipo de armas y criticó al gobierno de Japón por no participar en los esfuerzos globales para su prohibición.

El aniversario de la bomba de Nagasaki coincide con una escalada en las amenazas entre Pyongyang y Washington. El presidente Donald Trump amenazó el martes a Corea del Norte "con fuego y furia", y el ejército de la hermética nación dijo el miércoles que examina sus planes para atacar Guam.

"La situación internacional en torno a las armas nucleares es cada vez más tensa”, manifestó Taue en el Parque de la Paz de Nagasaki. "Una intensa sensación de ansiedad se está extendiendo por todo el mundo porque en un futuro no muy distante estas armas puedan volver a utilizarse”.

La primera bomba atómica de la historia, lanzada el 6 de agosto de 1945, mató a 140.000 personas en Hiroshima. El proyectil que cayó sobre Nagasaki tres días más tarde acabó con la vida de 70.000 más.

A las 11:02, a la misma hora en que cayó la bomba, los asistentes guardaron un minuto de silencio en el que solo se escuchó el tañido de la Campana de la Paz.

"La amenaza nuclear no terminará mientras las naciones sigan afirmando que las armas nucleares son esenciales para su seguridad nacional”, agregó Taue.

El alcalde criticó con dureza el gobierno del primer ministro, Shinzo Abe, por lo que calificó de promesas vacías acerca de trabajar para conseguir un mundo libre de armas nuclear. La ausencia de Japón en las negociaciones diplomáticas para el Tratado de Prohibición de Armas Nucleares de Naciones Unidas, adoptado en julio, es "incomprensible para todos los que vivimos en las ciudades que sufrieron las bombas atómicas”, agregó.

El crítico regidor alabó a los sobrevivientes de la bomba, o hibakusha, "por su compromiso de toda una vida con este esfuerzo” e instó al gobierno nipón a cambiar su política de dependencia del paraguas nuclear estadounidenses y a unirse al tratado de prohibición de armas nucleares lo antes posible.

Abe, en un discurso casi idéntico al que ofreció en Hiroshima, no mencionó el pacto de la ONU.

Más de 175.000 hibakushas han fallecido en Nagasaki desde el ataque, incluyendo 3.551 el año pasado, frente a los más de 300.000 muertos en Hiroshima. La edad media de los sobrevivientes supera los 81 años, y muchos sufren todavía los duraderos efectos de la radiación.