Nicolás Maduro tomó juramento como "presidente encargado" de Venezuela que deberá convocar a elecciones en un plazo de 30 días, horas después de encabezar el viernes los funerales de Estado al mandatario Hugo Chávez y prometerle lealtad eterna frente a una treintena de jefes de Estado.

En una ceremonia en la Asamblea Nacional, el presidente del Legislativo Diosdado Cabello le tomó la juramentación.

El acto ocurrió poco después de que el líder de la oposición venezolana Henrique Capriles calificara la decisión de investirlo como presidente era espuria y fraudulenta.

Con el nombramiento, Maduro tiene la posibilidad de competir en las próximas elecciones. La Constitución establece que el vicepresidente no puede contender por la primera magistratura.

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"¿Jura usted por su honor, por la patria, delante de los poderes establecidos... jura usted cumplir y hacer cumplir esta Constitución... y luchar incansablemente porque el pensamiento, la obra de nuestro camarada, compañero, presidente y líder supremo de la revolución bolivariana cada día se solidifique más, cada día la consolidemos y el pueblo de Venezuela pueda gritar a los cuatro vientos qué es?", preguntó el presidente de la asamblea.

"Juro a nombre de la memoria heroica de nuestros pueblos indígenas... de nuestros libertadores, el más grande de ellos Simón Bolívar... juro a nombre de la lealtad más absoluta al comandante Hugo Chávez que cumpliremos y haremos cumplir la constitución bolivariana con la mano dura de un pueblo dispuesto a ser libre", respondió Maduro, mientras sostenía con la mano derecha alzada la carta magna.

"¡Lo juró!", gritó.

Más temprano, Maduro encabezó el multitudinario último adiós a Chávez en el funeral de Estado al que asistieron una treintena de jefes de Estado, incluidos sus principales aliados de Latinoamérica.

Ahí, el ahora "presidente encargado" prometió lealtad eterna a su líder y convocó a la sociedad a continuar con el proyecto iniciado hace más de una década por el "comandante".

Chávez falleció el 5 de marzo y gobernó 14 años el país.

Al acto de juramentación acudieron algunos presidentes como el ecuatoriano Rafael Correa y funcionarios del gobierno venezolano.

"¡Con Chávez y Maduro, el pueblo está seguro!", gritaron los asistentes a la ceremonia en la asamblea, entre otras consignas. "¡Chávez vive, Maduro sigue!"

El bloque de legisladores opositores se abstuvo de asistir al acto.

Una vez juramentado, Maduro recibió la banda, el collar y el broche presidencial y se dirigió a los asistentes desde la tribuna del Congreso.

"Esta banda le pertenece a Hugo Chávez", dijo con la voz entrecortada.

"Nunca jamás aspiramos a ningún cargo y menos a la presidencia de la República, porque estábamos absolutamente satisfechos del jefe, del líder, del presidente que teníamos y que seguimos teniendo en nuestro corazón, hasta el último suspiro de esta vida", señaló. "No es por ambición personal".

Señaló que estaba ahí "cumpliendo la orden del comandante en jefe", Chávez, quien en diciembre dijo que si algo le pasaba pedía que apoyaran a Maduro.

Horas antes, y frente a una treintena de jefes de Estados, incluidos sus principales aliados de Latinoamérica, Maduro prometió lealtad eterna a su líder y convocó a la sociedad a continuar con el proyecto iniciado hace más de una década por el "comandante".

Con música folclórica, las notas vibrantes de una orquesta sinfónica y la espada del libertador Simón Bolívar sobre el féretro del fallecido dirigente, Venezuela realizó el funeral en una ceremonia cerrada a las multitudes de seguidores que aguardaban estoicas afuera de la academia militar y pese al calor se mantenían atentas a las pantallas que transmitían las imágenes.

Y mientras los ojos se centraban en la ceremonia, el Tribunal Supremo fallaba sobre un tema que también ha mantenido la atención nacional e internacional: la Sala Constitucional dijo que tras la muerte de Chávez, Maduro "deviene presidente encargado y cesa en el ejercicio de su cargo anterior", un asunto clave porque la constitución le prohíbe a los vicepresidentes ser candidatos a la primera magistratura.

La resolución provocó reacciones inmediatas de la oposición. El ex candidato Henrique Capriles calificó la decisión como "un fraude constitucional".

En un mensaje a la prensa, en el que no aceptó preguntas, arremetió contra Maduro y dijo que en las próximas horas anunciará los pasos que tomará hacia adelante.

"A Nicolás nadie lo eligió presidente", dijo Capriles. "Y yo se lo digo desde aquí: Nicolás, a ti no te eligieron presidente, el pueblo no votó por ti, chico", añadió.

Y ya varias horas después de terminado la ceremonia oficial, en la Academia Militar, un grupo de seguidores "armados" con guitarras llegó hasta el féretro de Chávez donde entonó canciones de "protesta" ante la mirada atenta de su hermano mayor Adán, además de los ministros de Información, Ernesto Villegas, y de Ciencia y Tecnología, Jorge Arreaza, quien además es su yerno.

A ellos, le siguió un grupo musical boliviano, que también rindió homenaje a Chávez con las notas de sus instrumentos.

Antes, en el funeral, el vicepresidente Maduro colocó sobre el féretro de Chávez la espada del libertador Simón Bolívar, que según el maestro de ceremonias compró el gobierno a familiares por 120 bolívares.

En grupos, los líderes asistentes realizaron guardias de honor alrededor del ataúd café, cubierto con la bandera venezolana.

La primera guardia de honor estuvo a cargo de sus más cercanos aliados en Latinoamérica: el presidente cubano Raúl Castro, el boliviano Evo Morales, el nicaragüense Daniel Ortega y el ecuatoriano Rafael Correa. Más adelante, el iraní Mamud Amadineyad se sumó.

Con la vista del mundo en la ceremonia, Maduro pronunció un encendido discurso en el que se hizo eco de la retórica de Chávez.

A la ceremonia también asistieron líderes religiosos, incluido el reverendo estadounidense Jessy Jackson, quien pidió al próximo presidente encargado Maduro que tenga la fortaleza y entereza necesaria para conducir a Venezuela y que pueda tender nuevos puentes con Estados Unidos.

Entre llantos y a gritos, un Maduro emocionado dijo que Chávez tenía desde adentro unos de los "escudos más poderosos que puede tener un ser humano que es su pureza, su verdad, su escudo de pureza de amor de Cristo de Cristo, de hijo verdadero de Cristo", que aseguró que lo salvó de "la injuria, de la infamia".

"Aquí está invicto, puro, transparente, único, verdadero, vivo para siempre, para todos los tiempos para este y todos los tiempos futuros. Comandante no pudieron contigo, no podrán con nosotros jamás, jamás podrán", dijo conmovido el vicepresidente arrancando aplausos entre los presentes.

"Hemos roto el maleficio de la traición de la patria y romperos el maleficio de la derrota", acotó.

Agradeció también la presencia de una delegación de Estados Unidos, integrada por el representante demócrata Gregory Meeks y el ex representante William Delahunt.

"Nosotros queremos y amamos a todos los pueblos de nuestra América, pero queremos relaciones de respeto, de cooperación, de paz verdadera, nosotros queremos y así lo escribió el comandante Chávez, un mundo sin imperios, sin naciones hegemónicas", dijo.

Queremos, añadió, "un mundo de paz que respete el derecho internacional, que sea capaz de encontrarse para cooperar, para vivir, para ser justos en términos de igualdad y porque no puede ser posible si aquí está toda la voluntad de un mundo, toda la fuerza política de un mundo, y América Latina tiene la tareas histórica de hacer ese nuevo mundo, de unirnos en la diversidad".

Chávez una relación ríspida con Estados Unidos a lo largo de su mandato que se extendió por 14 años.

Afuera, seguidores hacían largas filas rumbo a la academia militar en lo que se asemejaba un ejército de hormigas, debido a que casi todos iban vestidos de rojo, el color que identifica al partido del presidente.

Algunos ya se retiraban tras ver el cadáver que reposa desde el miércoles en la academia y caminaban por una avenida, el Paseo de los Próceres, adornada con grandes banderas con los colores amarillo, azul y rojo, colgadas de postes de alumbrado público, mientras en las aceras se acumulaban cientos de botellas vacías de agua.

Vendedores ambulantes ofrecen botanas y botellas de agua que se vendías a 10 bolívares (unos 1,5 dólares) cada una y que se consumen sin cesar.

Edgar Carvajal, de 50 años y quien trabaja en la filial venezolana de la empresa china de electrodomésticos Haier y que son parte de un programa social para el equipamiento de hogares de venezolanos de bajos recursos, comentó que llegó a las 10 de la mañana y se encontraba detrás de unas 500 personas que hacían fila que avanzaba lentamente para ver al presidente fallecido.

"Se nos fue él, pero nos dejó a Maduro y hay que confiar en Maduro, pero él tiene que cuidarse mucho de ese gran desabastecimiento que tenemos y los altos precios. El pueblo una vez que despertó no hay marcha atrás. Si Maduro se desvía el pueblo lo sacará", añadió Carvajal.

Yanina Barrera, de 42 años, propietaria de una pequeña tienda donde se imprimen imágenes en camisas, comentó que "quedaron muchas cosas pendientes" que Chávez no tuvo tiempo de resolver.

"Me imagino que deben estar en la mesa para que Maduro la cumpla, como (resolver) el desabastecimiento y la criminalidad. yo vivo en el Cafetal (en el este de la capital), antes era tranquilo y ahora se escuchan tiros", dijo Barrera.

Este rico país petrolero de 28 millones de habitantes se vistió el viernes con una pompa que no se veía desde fines de la década de 1980, sólo que ésta vez no por una celebración sino por el funeral del primer presidente muerto en tiempos democráticos.

La cantidad de invitados y la expectativa general ante el acontecimiento no se veía desde febrero de 1989, cuando asumió la presidencia Carlos Andrés Pérez en un fastuoso acto al que asistieron como invitados desde Fidel Castro hasta el entonces vicepresidente de Estados Unidos, Dan Quayle.

Un día antes, Maduro anunció la decisión de embalsamar el cuerpo de Chávez.

Luego del funeral, los presidentes comenzaron a dejar el país.

El presidente iraní dijo antes de abordar su avión para partir del país que "estoy seguro que el pueblo venezolano seguirá el camino del presidente Chávez con inteligencia y prudencia".

"El presidente Chávez ha sido una cultura humana, un hombre sincero, entrañable, puro y natural", señaló Amadineyad, a través de un intérprete, al expresar su pesar por la muerte de su par venezolano.

"Viva Chávez", dijo brevemente en español el dirigente iraní.