De niña, Ellie Jones era muy tímida. ¿La razón? No tenía suficiente confianza en sí misma, debido a que sus dientes estaban totalmente desalineados.

Sus padres pensaron que con un tratamiento de ortodoncia lo solucionarían, pero cuando la llevaron donde un especialista, éste se dio cuenta de que su problema era un poco más complicado: tenía una deformidad facial congénita y su mandíbula había dejado de crecer cuando ella tenía 8 años.

Así, Ellie acudió a una cirujana maxilofacial que tomó su caso y le transformó la vida, con seis operaciones de por medio. La primera intervención se la hicieron a los 16 años y, según recordó en declaraciones al "Daily Post", fue realmente dolorosa.

"Tuve que seguir una dieta líquida durante un mes, lo que fue muy duro, y no podía hablar bien. Tenía que usar una libreta para comunicarme", relató la joven.

En esa primera cirugía, la mandíbula de Ellie fue cortada tanto horizontal como verticalmente. Un año más tarde, otra intervención corrigió su barbilla. "Estaba aliviada, finalmente sentí que podía ser yo misma", declaró la joven, quien hoy tiene 20 años.

Ellie cree que todos los dolores que sufrió valieron la pena, porque no solo sirvieron para cambiar su apariencia, sino que la ayudaron a mejorar su confianza y autoestima. "Me cambió totalmente la vida (...) Ahora me siento normal", aseguró.

Según Emma Wooley, la cirujana que trató a Ellie, el problema que tenía la joven lo sufren muchas personas que solo piensan que tienen dificultades para masticar. "Pero no tratarlo a una edad temprana puede causarles reales dificultades más tarde en la vida", dijo advirtió. "Me alegra que el tratamiento haya hecho una diferencia y Ellie haya recuperado su confianza", concluyó la especialista.