Roma.- El papa Francisco —que hace poco lamentó que no podía salir a comerse una pizza como hacía antes— finalmente pudo disfrutar de una: se le llevaron personalmente al papamóvil.

Enzo Cacialli tenía una pizza a la mano cuando Francisco pasó en su vehículo el sábado por una vía junto al mar durante su visita de un día a la ciudad tan famosa por sus pizzas. Cacialli, que tiene una pizzería, se las arregló para acercarse al papamóvil y hacer la entrega, mientras la multitud lo aplaudía.

Cacialli, cuyo padre preparó la pizza para el presidente Bill Clinton en su visita a la ciudad en 1994, dijo al diario napolitano Il Mattino que usó tomates amarillos en vez de rojos para reflejar los colores de la Santa Sede.

Dijo que estaba "muy contento de que haya aceptado la pizza directamente de mis manos".