México  - El narcotráfico es un problema que, por más que muchos lo vean de lejos, atañe a todos los habitantes de un modo u otro, algo que los autores del libro "Narcoamérica" narran a través de historias recogidas en un viaje de dos años por el continente americano.

"Este libro se plantea al final que la gente entienda que hay muchas cosas dentro del narcotráfico que tienen que ver con ellos", dijo a Efe Pablo Ferri, uno de los tres miembros del proyecto Dromómanos y autores del libro.

Hace tres años un grupo de tres periodistas amigos decidió emprender un viaje por el continente americano. Compraron un coche usado y recorrieron en dos años 55,000 kilómetros, durante los cuales se dedicaron a recoger historias sobre todos los eslabones del narcotráfico.

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Eslabones que pocas veces están relacionados entre sí y que forman una cadena que arranca en una semilla plantada en un país subdesarrollado y acaba en una discoteca de Estados Unidos o España, dejando en medio un reguero de sangre y corrupción.

"Muchos no son conscientes, los que están trabajando en la parte baja de la cadena, no saben y no entienden hasta dónde llegan, ignoran lo de los muertos", apuntó Ferri.

Tampoco lo saben los consumidores, el eslabón de la cadena "más amplio", que no es consciente de su complicidad, en un continente donde se encuentran los dos países más consumidores del mundo, Estados Unidos y Brasil.

Por eso en "Narcoamérica" los dromómanos (integrados por Ferri, Alejandra Sánchez Inzunza y José Luis Pardo) muestran a través de historias cotidianas las relaciones con estas piezas de una cadena que está más cerca de las personas comunes de lo que se cree.

"Todas son personas al final y las motivaciones que les mueven son parecidas a las tuyas. Es un intento de reflexión sobre el gran problema de este continente, el gran generador de muertes, el hilo conductor de muchos problemas como la corrupción", dijo Ferri.

Aunque por la temática pueda parecer un libro de narcotráfico como otros tantos, sus autores defienden que no lo es, pues se aleja de los datos duros y trata de abordar este tema a través del día a día de las personas.

De cómo "un día estás en un hostal en Medellín (Colombia) y aparece un sicario que has entrevistado por la mañana con otro tipo que te trae unas películas y te pones a jugar a billar con él".

"Es narco, pero al final el narco es una metáfora para contarle a la gente el continente", dijo por su parte Pardo, quien aseguró que "es un libro de viajes por el lado b del continente".

"El libro apela al sentido común de la gente, a las preguntas universales, a las emociones que puede tener un peruano, un colombiano, un mexicano y un chileno", comentó.

Así, es un libro "muy leíble", "ameno" que busca "darle herramientas al lector para reflexionar sobre un tema que creemos súper urgente" e invitarlo a "hacer algo", añadió.

El libro lo estructuraron por temas, aunque al principio pensaron en hacerlo geográficamente, tal como fueron escribiendo los artículos previos que vendieron a medios de comunicación para sobrevivir durante el viaje.

Así, resultó más interesante plantear "por qué se consume, por qué se mata, preguntas más universales que van a crear una empatía con un lector normal", dijo.

En el prólogo del libro, el periodista italiano Roberto Saviano, quien vive bajo constante amenaza de muerte por su obra sobre la mafia de su país, "Gomorra" (2006), considera urgente el surgimiento de una nueva generación de cronistas que hablen de las heridas de una región olvidada por gran parte de la prensa internacional.

Sánchez Inzunza coincidió en que "la parte social de la violencia" está relegada de los grandes medios, que están más interesados en la parte económica y política de América Latina.

Aunque los dromómanos consiguieron el Premio Ortega y Gasset de Periodismo por una serie de reportajes publicados en el diario El Universal, un año después nadie les ha hecho una propuesta formal para continuar con el proyecto.