Bogotá.- El presidente Juan Manuel Santos será operado de un cáncer de próstata temprano mañana, informó hoy su médico de cabecera, en tanto analistas y dirigentes del oficialismo descartaron que por la intervención quirúrgica a que será sometido el gobernante se genere un vacío de poder.

"La intervención se va a realizar en las primeras horas de la mañana, hacia las siete de la mañana, y muy seguramente hacia el mediodía se les va a dar información adicional" a los periodistas, explicó en rueda de prensa el urólogo Felipe Gómez Jaramillo, médico de cabecera del gobernante.

Gómez, sin aceptar preguntas de los reporteros, dijo que Santos "ha sido paciente nuestro... por más de 10 años y es una persona que tiene antecedentes (de cáncer de próstata) en su familia" toda vez que uno de sus hermanos, Luis Fernando, también padeció hace 14 años de la misma enfermedad y con éxito se recuperó totalmente de ella.

Agregó que el jefe de Estado, de 61 años, se hacía exámenes rutinarios de sangre y que en fecha reciente "se encontró una elevación del antígeno prostático, que es un marcador que tenemos para la próstata, y esa elevación del marcador nos llevó a sugerirle que se practicara una biopsia de próstata".

El resultado de ese examen mostró "que tenía un tumor maligno de próstata", explicó el médico, y añadió que la misma prueba científica les dejó claro a los especialistas que "se trataba de un tumor con un riesgo de agresividad que consideramos bajo".

El equipo médico del presidente le aconsejó tener una segunda opinión de un hospital internacional, lo que él paciente hizo la semana pasada cuando estuvo en Nueva York en la Asamblea de Naciones Unidas. Allí se constató que el dictamen dado por el doctor Gómez y sus compañeros había sido acertado.

En consecuencia, explicó el urólogo, el tratamiento a seguir "es una intervención quirúrgica que consiste en remover la glándula prostática". Reiteró que será con anestesia regional (del ombligo hacia abajo) y que espera que Santos en "dos o tres días regrese a su hogar".

Congresistas y líderes del oficialismo, y analistas, descartaron el martes que la operación generará un vacío de poder en el gobierno de Colombia.

El gobernante dijo la víspera que las posibilidades de una curación definitiva, según sus galenos, son de 97%.

"En este momento no hay ningún temor de que se pueda llegar a presentar un vacío de poder", observó en entrevista telefónica con Prensa Asociada el ex presidente Ernesto Samper (1994-1998), quien argumentó que Santos "será operado con anestesia local (o regional) de tal manera que le permitirá mantener la conciencia durante todo el tiempo que dure la intervención quirúrgica".

El médico Sebastián Quintero, de la Liga Colombiana contra el Cáncer, explicó a la AP que la operación de Santos debería durar entre una y dos horas y que, en condiciones normales, debería estar recuperado totalmente en unos 15 días o poco más "porque son tratamientos que no son muy incapacitantes".

La constitución establece que "en las faltas temporales del presidente de la República bastará con que el vicepresidente tome posesión del cargo en la primera oportunidad, para que pueda ejercerlo cuantas veces fuere necesario".

Y agrega que en caso de falta absoluta del presidente "el vicepresidente asumirá el cargo hasta el final del período"; en el caso de Santos, hasta el 7 de agosto de 2014.

Las dudas radican en que el vicepresidente Angelino Garzón, próximo a cumplir 66 años, aún no se recupera totalmente de un accidente cerebral que sufrió a mediados de año.

El funcionario fue hospitalizado en la clínica Reina Sofía de Bogotá el 14 de junio debido a una infección urológica que no tuvo complicaciones. Pero cuatro días después, mientras estaba internado, sufrió un accidente cerebro vascular isquémico por lo cual debió ser operado.

Para el senador oficialista Roy Barreras, actual presidente del Congreso, "no existe ninguna posibilidad de vacío constitucional en Colombia". Añadió que "esta alteración médica del presidente es... rápidamente subsanable porque se detectó a tiempo".

En el evento de que el vicepresidente no esté en condiciones de suceder al presidente, explicó Barreras en conversación telefónica, el Congreso se reúne por derecho propio y "se elige un nuevo vicepresidente" quien finalmente podrá llenar las ausencias temporales o definitivas del presidente.

El congresista opositor Jorge Enrique Robledo lamentó que tanto el presidente como el vicepresidente estén enfermos.

"El vicepresidente está incapacitado y ahora lo que entiendo es que el presidente Santos no se incapacita, es decir, que lo que le tienen que hacer no lo inhabilita para seguir atendiendo su responsabilidad; si eso es así pues que la siga atendiendo", sostuvo.

Dijo que, en todo caso, "hay que mirar con mucho detenimiento qué va a pasar más adelante con la salud de los dos".

Samper advirtió que "especular sobre pronósticos futuros me parece que no tiene ningún sentido y puede resultar inclusive temerario".

La enfermedad de Santos se da en momentos en que su gobierno trata de poner fin mediante un proceso de paz a más de 50 años de confrontación con las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

"Espero que el presidente de la República se restablezca pronto. La paz lo necesita", publicó al respecto el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro.

La mesa de diálogo, que busca un acuerdo de paz entre las partes, se instalará el 15 de octubre en Oslo, informaron los rebeldes en un comunicado. Inicialmente se había fijado para el 8 de ese mes en la misma ciudad europea.

En la noche del lunes Santos arribó a Lima para participar en la III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno América del Sur-Países Arabes. Desde allí agradeció a través de Twitter "a todos los colombianos que han enviado mensajes tan amables" por sus problemas de salud. El mandatario tiene programado regresar en la tarde o en la noche del martes a Bogotá.

Los presidentes de Colombia a lo largo de la historia han gozado en general de buena salud. De hecho, en más de 200 años sólo uno de ellos murió en ejercicio del poder: el liberal Francisco Javier Zaldúa, en 1882.