BEIJING  — Filipinas se "separará" de Estados Unidos, afirmó el jueves el presidente Rodrigo Duterte luego de otorgar una importante victoria diplomática a China al acordar reanudar el diálogo sobre su disputa territorial respecto al Mar de la China Meridional tras meses de fricciones.

El acercamiento entre los dos países asiáticos podría ampliar una desavenencia política entre Estados Unidos y las Filipinas, cuyo líder elegido recientemente no ha ocultado su antipatía por la nación americana y ordenó el fin de sus maniobras militares conjuntas.

"Honorables, en este recinto, yo anuncio mi separación de Estados Unidos (...) tanto en lo militar como en lo económico", dijo Duterte al pronunciar un discurso ante un foro económico en Beijing. Sus declaraciones recibieron aplausos, pero el mandatario no dio detalles.

En Washington, John Kirby, vocero del Departamento de Estado, dijo que las declaraciones de Duterte fueron "inexplicablemente divergentes con la muy cercana relación que tenemos con el pueblo filipino así como con el gobierno de allá en muchos niveles diferentes, no sólo desde la perspectiva de seguridad".

Después de conversaciones en Beijing entre Duterte y su homólogo chino Xi Jinping, un alto diplomático chino anunció que ambas partes habían acordado restaurar el rango completo de contactos, aunque señaló que los líderes abordaron sólo brevemente el tema del Mar de la China Meridional.

"Ambas partes acordaron que el asunto del Mar de la China Meridional no es la suma total de la relación bilateral", dijo a reporteros el viceministro de Relaciones Exteriores Liu Zhenmin.

Los dos mandatarios acordaron regresar al enfoque utilizado hace cinco años de buscar un arreglo a través del diálogo bilateral, dijo Liu.

A esto siguió un anuncio del secretario de Comercio filipino Ramón López en el foro económico bilateral en el sentido de que su país y China firmarán esta semana un acuerdo por 13.500 millones de dólares. El funcionario no proporcionó detalles.

Por separado, la Oficina de Comunicación Presidencial de Filipinas señaló que Xi comprometió una cifra de más de 9.000 millones de dólares en préstamo con tasa de interés baja para el país vecino, de la que aproximadamente una tercera parte provendrá de bancos privados. Alrededor de 15 millones de dólares en préstamos serán dedicados a programas de rehabilitación para adictos a las drogas.

Al principio de su conversación con Xi, Duterte elogió el deshielo en las relaciones con China.

"China ha sido un amigo de Filipinas y las raíces de nuestros vínculos son muy profundas y no pueden ser cortadas fácilmente", dijo. "Aunque arribamos a Beijing cerca del invierno, esta es una primavera de nuestra relación".

Xi, quien recibió a Duterte con todos los honores militares en el Gran Salón del Pueblo, sede de la legislatura ceremonial en el corazón de Beijing, dijo que la reunión tenía "significancia memorable". En referencia a las tensiones por el Mar de la China Meridional, Xi dijo que "aunque hemos capeado tormentas, la base de nuestra amistad y nuestro deseo de cooperación no han cambiado".