El municipio de Bormida está ubicado a 420 metros por sobre el nivel del mar en la bella Región de Liguria, en el noroeste de Italia, y si bien a inicios de 1900 su población superaba las mil personas, hoy corre el serio riesgo de convertirse en otro más de los pueblos fantasmas del campo italiano, ya que sus habitantes no superan las 400 personas y el número va en franca caída.

Por esa razón, las autoridades de la alcaldía han decidido tomar cartas en el asunto e iniciar una fuerte campaña de comunicación y marketing destinada a incentivar la llegada de nuevos habitantes, a quienes, además, se les pagarían dos mil euros ($2,180 aproximadamente) para facilitar su instalación.

El alcalde Daniele Galliano, principal impulsor de esta iniciativa, reconoció que esta es la última esperanza que le resta al poblado para evitar su extinción como resultado del éxodo rural que ha afectado a muchas localidades italianas, problemas que además se extiende en otras latitudes del viejo continente.

Galliano explicó que los dos mil euros serán entregados a cualquier persona que se mude al pueblo para ayudar a paliar la fuga de habitantes, especialmente de jóvenes, que se ha registrado las últimas décadas.

Los interesados en probar fortuna en el país con forma de bota, aún deben esperar algún tiempo para postular, ya que la idea debe ser aprobada por el gobierno local y se deben definir ciertos detalles. 

No obstante, de prosperar la iniciativa del alcalde de Bormida se estima que se implementará a partir de 2018 y beneficiará a todos quienes compren terrenos en la localidad o decidan mudarse a esas tierras. 

Según informaron medios de prensa europeos, arrendar una vivienda pequeña en esta zona de la Región de Liguria tiene un costo mensual de unos 50 euros ($54), mientras que una más grande para una familia completa llega a los 120 euros ($131).

"Somos una comunidad pequeña, pero muy acogedora. Llevamos un estilo de vida saludable y respiramos aire limpio", dijo uno de los concejales de Bormida al describir la localidad. 

La comuna ofrece bellos paisajes, donde el pastoreo es una de sus principales actividades. Ideal para los amantes del senderismo, en sus rutas es posible encontrar antiguos castaños y algunos vestigios de la Edad Medieval con historias de cruentas batallas que tuvieron su escenario en estas tierras. 

En la actualidad la caza del jabalí y la buena cocina son dos de sus mejores cartas de presentación, además de pequeños manantiales y lagos donde se puede practicar la pesca recreativa. También se pueden visitar antiguas iglesias y monasterios que son todo un legado de épocas mejores.