Jerusalén - El pueblo judío conmemora a partir de hoy su Pascua, conocida en hebreo como "Pésaj", en la que se abstiene de comer pan y productos leudados durante una semana para recordar el fin de la esclavitud y el éxodo del Egipto faraónico.

Este episodio bíblico que relata el Pentateuco, fundamentalmente el Libro del Éxodo, es considerado por los judíos un hito que conforma su conciencia como pueblo al otorgar a los descendientes de Jacob una identidad propia como nación libre, provista de una Ley.

De acuerdo a la tradición, los judíos no prueban ningún alimento fermentado durante siete días para recordar cómo se libraron del yugo del faraón hace unos 3,500 años de la mano de Moisés.

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La festividad es una de las más alegres del calendario hebreo y una de las tres en las que se solía peregrinar al antiguo Templo de Jerusalén para realizar ofrendas, razón por la que la ciudad santa se convierte estos días en epicentro de las visitas -se esperan 130,000, según el Ministerio de Turismo- tanto por la pascua judía como la Semana Santa cristiana con la que suele coincidir.

La conmemoración, que también marca el inicio de la primavera, arrancó anoche con una cena ritual conocida como "Seder" (literalmente, "Orden" o "Procedimiento" pascual) en la que los comensales degustan en familia alimentos que simbolizan los sinsabores y vicisitudes que sus antepasados padecieron durante la épica travesía por el desierto.

Según el relato bíblico, teniendo que escapar a toda prisa de Egipto, los israelitas no pudieron hornear el pan correctamente y tuvieron que conformarse con una suerte de masa no leudada, denominada en hebreo "matzá".

El diario "Haaretz" desglosa esta semana en un artículo la probable etimología del término, que ha intrigado durante generaciones tanto a rabinos como a lingüistas.

Algunos señalan que procede de la raíz hebrea del verbo "chupar", en aparente alusión a que el pan es completamente seco, mientras que otros abogan porque procede de la raíz hebrea de "prisa", por el escaso tiempo de cocción de la masa.

Otra teoría sin embargo, echa por tierra esas explicaciones y señala que la voz "matzá" ya aparece en el libro del Génesis, por lo que podría tratarse de un alimento no relacionado necesariamente con la fiesta y proceder de otra lengua no hebrea cuyo significado sería meramente el de "pan de cebada", una posible derivación del griego.

La costumbre instaurada hoy en día no se limita exclusivamente a no comer pan, sino que entre algunos sectores ultra-ortodoxos se incluyen igualmente las legumbres, especialmente entre los judíos de origen askenazí (originarios de Europa central y oriental).

Así, desde hace varios días los supermercados y establecimientos de comida mantienen precintados y cubiertos con lonetas las secciones de productos que contienen levaduras, incluida la cerveza, así como legumbres y otros cereales.

En días precedentes muchos judíos siguieron el ritual -no menos esclavo, según apuntan algunos críticos- de limpiar a fondo los hogares para deshacerse de las más minúsculas migas, al que sigue la venta simbólica de los productos prohibidos a un gentil y la quema del "jametz", esto es, de los restos del pan en hogueras.

Las tradiciones como no comer productos leudados y recordar el relato bíblico en la cena principal a través de la "Hagadá", epopeya destinada a transmitir el mensaje de generación en generación, son seguidas por amplios sectores en Israel, incluidos laicos.

En el terreno político, la festividad se produce poco después de que se haya constituido el nuevo Parlamento salido de las elecciones del 17 de marzo, y en plena negociación para la formación del próximo ejecutivo, que volverá a liderar Benjamín Netanyahu.

"La esencia de esta fiesta se define por tres cosas: Pésaj (la entrega de ofrendas en tiempos del Templo), la matzá (pan ázimo) y el maror (hierbas amargas comidas en la cena ritual)", refirió esta semana el presidente del Estado, Reuven Rivlin, en un acto de inauguración del nuevo Parlamento.

"De forma similar, esta casa también se sostiene sobre tres pilares: el servicio público, representar la cara cambiante de Israel y la responsabilidad para adoptar decisiones", concluyó.