A un año de haber sido escogido como el sumo pontífice, el papa Francisco goza de una popularidad y simpatía que compara con la de Juan Pablo II, y su llegada al trono del Vaticano es asociada con cambios favorables para la iglesia Católica.

Según una encuesta del Pew Research Center, siete de cada diez católicos en Estados Unidos piensa que el papa Francisco representa un cambio de dirección para la Iglesia. No obstante, no ha habido un aumento significativo en la gente que va a misa, en la que se confiesa ni en la que hace trabajo comunitario en sus congregaciones.

En el renglón donde Bergoglio no está muy bien parado es en el de atender los escándalos de abuso sexual por parte del clero. Del 81 por ciento de aprobación que tiene en diseminar la fe católica, desciende a un 54 por ciento de aceptación en la manera en que ha manejado el asunto. En la encuesta de marzo del año pasado, un 70 por ciento señaló que el tema de los abusos sexuales contra niños tenía que ser prioridad.

Al indagar sobre los cambios que se esperan en la Iglesia para el 2050, un 56 por ciento dijo que esperaría la aprobación de métodos anticonceptivos entre los católicos, un 51 por ciento señaló que a los sacerdotes se les permitiría casarse y un 42 por ciento concluyó que para ese año las mujeres ya deberían poder ser ordenadas.

Pero, una cosa son los cambios que esperan dentro de tres décadas y media y otra es lo que entienden que debería ocurrir ya.

Entre las personas encuestadas, cerca de un 80 por ciento señaló que la iglesia debería permitir la utilización de  métodos anticonceptivos y siete de cada diez favoreció que los sacerdotes se puedan casar y las mujeres puedan ser  curas.

Sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, la mitad de los encuestados entendió que la Iglesia debería reconocerlos.