MINSK, Bielorrusia. El presidente bielorruso Alexander Lukashenko se preparaba para asumir su quinto mandato tras las elecciones del domingo, aunque señaló que cualquier cifra menor a 80% de los votos significaría que su popularidad va en descenso. Tanto las encuestas de salida como una autoridad electoral predijeron que podría obtener incluso más sufragios.

El líder autoritario no se enfrentó una competencia seria en los comicios, los cuales boicoteados por la oposición.

Al cerrar los centros de votación, unas 100 personas llegaron a una protesta convocada por la oposición para demostrar su inconformidad con el proceso.

"El mismo Lukashenko montó la elección, montó a sus competidores y montó el porcentaje que recibiría", dijo Vadim Venyarksky de 34 años.

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Aunque no se llevaron a cabo encuestas confiables de salida, el instituto estatal de sociología informó que su encuesta indicaba que Lukashenko recibiría 83% de los votos.

Lidia Yermoshina, jefa de la Comisión Central Electoral, indicó que los resultados de las votaciones en hospitales y bases militares, aunque sólo representaban el 1% de los votantes, ya mostraban esa victoria apabullante.

"Estos datos dan la idea, la imagen y la tendencia de toda la sociedad: 89% votaron por Alexander Lukashenko", anunció en cuanto cerraron las urnas. Antes incluso de la apertura de los colegios electorales, la comisión electoral anunció que en cinco días de votación anticipada se habían recogido ya el 36% de las papeletas de los 7 millones de personas con derecho a voto.

Para las 6 pm, hora local del domingo, el resultado oficial estaba en 82%, aunque muchas urnas en la capital y pueblos cercanos estuvieron vacías prácticamente todo el día.

Lukashenko, de 61 años, se enfrentó a tres rivales: los líderes de dos partidos progobierno, Sergei Gaidukevich y Nikolai Ulakhovich, y la poco conocida activista de oposición, Tatyana Korotkevich.

En el 2010, la mayoría de los candidatos que se enfrentaron a Lukashenko fueron arrestados poco después de cerrar las votaciones. Uno de los candidatos previos, Nikolai Statkevich, pasó casi cinco años en prisión hasta que inesperadamente Lukashenko le otorgó el perdón en agosto junto con otros cinco presos políticos. Su liberación se consideró un esfuerzo por mejorar las relaciones con el Occidente, que impuso sanciones en Bielorrusia en respuesta a las medidas severas contra el disentimiento.

El viernes, un funcionario de la Unión Europea anunció que podrían suspender las sanciones a Bielorrusia.