Washington - Manuel Rosa se ha pasado 25 años indagando en la figura de Cristóbal Colón, quien, según asegura, era un noble portugués de ascendencia polaca cuya intención primordial no era descubrir América, sino tejer una compleja conspiración para apartar a España de las rentables rutas comerciales africanas.

El verdadero nombre del descubridor de América era Segismundo Henrique, hijo de un derrotado rey de lo que ahora es Polonia y Lituania que encontró refugio y anonimato en la isla de Madeira, pero que mantuvo una cercana relación con la realeza portuguesa.

"Todo comenzó con una duda: ¿Cómo Colón, un mercader italiano sin dinero, se pudo casar con una noble portuguesa (Filipa Moniz) con el permiso expreso del rey? Eso era prácticamente imposible en el siglo XV", explica a Efe el investigador en una entrevista.

Esa premisa llevó a Rosa, investigador portugués-estadounidense, a una labor de documentación detectivesca que recopila ahora en el libro "Columbus. The Untold Story", que presenta hoy en la Universidad Xavier de Cincinatti (Ohio).

El libro, una edición más extensa de "Colón. La historia nunca contada", publicado en español en 2009, revela por primer vez la identidad verdadera de Colón: el hijo de Wladyslaw III, rey cristiano derrotado en 1444 por los otomanos en la batalla de Varna.

"Lo que he descubierto cambia 500 años de historia: Colón no era genovés, no tenía intención de descubrir América y fue un espía en la corte de la reina Isabel con la coartada de salir de Portugal por miedo a ser ejecutado por traición al rey", explica Rosa.

El príncipe Segismundo murió, según las crónicas de la época, en un accidente marítimo precisamente en las mismas fechas en las que la historia convencional señala la llegada a Portugal de un naufrago genovés conocido por el nombre de Cristóbal Colón.

Según el estudio, esa historia sirvió para infiltrar en la corte de Isabel la Católica a Colón como un agente secreto del rey de Portugal Juan II cuya intención era embaucar a su enemiga con la idea de abrir una ruta hacia las "Indias" (Cipango o Japón) para mantener a España lejos de las costas de Guinea, donde los portugueses comerciaban con el oro.

La conspiración no se quedaba solo ahí, según Rosa. Colón ya conocía la existencia del Continente Americano y que, por lo tanto, la ruta de Indias no pasaba por la navegación hacia el oeste. El descubrimiento que convirtió a España en el mayor imperio de la época era un mero juego de despiste.

El complejo plan inicial era que España dejara libre las rutas más beneficiosas para los portugueses y el Almirante se convirtiera en Virrey e instigara una rebelión de todas las colonias contra la corona española, dejando fuera de juego a la corona de Castilla y Aragón.

Pero el plan no funcionó como estaba previsto, el heredero de Juan de Portugal falleció antes de poder reclamar por derecho marital el trono español, y tras la muerte del monarca pasó a ocupar el trono luso su primo Manuel, con mejores relaciones con la corona española.

Colón cayó en desgracia (probablemente al conocerse su papel de espía) y mantuvo hasta su muerte su falsa identidad, ya que la verdadera era sólo conocida por su familia y algunos cortesanos y reyes, que mantuvieron el secreto de la estirpe que lo ligaba, no solo a la nobleza portuguesa, sino con el trono de Polonia.

"Ha sido uno de los secretos mejor guardados de la historia. Han sido necesarios 500 años", asegura Rosa, el único investigador que mantiene esta teoría del linaje báltico de Colón.

En opinión de Rosa, Colón dejo desperdigados en sus documentos y posesiones personales símbolos de sus verdaderos orígenes, como un blasón con cinco anclas similar a los cincos bezantes del escudo de Portugal o el uso de un águila similar al de la familia real polaca.