EL CAIRO. Los grupos humanitarios que trabajan en Yemen se están quedando sin tiempo para evitar una devastadora hambruna en la nación sacudida por la guerra, advirtió el miércoles la agencia de alimentación de Naciones Unidas.

Para evitar esta situación, se necesitan de forma urgente nuevos puntos de entrada para alimentos humanitarios y comerciales importados que permitan abordar la creciente situación de hambre que se vive en la empobrecida nación árabe, señaló el Programa Mundial de Alimentos.

La guerra civil acabó con la ya de por sí frágil capacidad del país para alimentar a sus 29 millones de habitantes.

Las cifras de la ONU muestran que el número de yemeníes que podrían morir de hambre si no reciben ayuda aumentó a 8.4 millones de personas. Es probable que la cifra aumente pronto en otros 3.5 millones de personas por la depreciación de la moneda nacional.

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La guerra enfrenta a los rebeldes chiíes, conocidos como hutíes, contra la colación dirigida por Arabia Saudí que lucha en el lado del gobierno reconocido internacionalmente de Yemen. La principal táctica de la coalición ha sido bombardear a los rebeldes respaldados por Irán para someterlos con una campaña aérea en apoyo a las fuerzas gubernamentales.

Además, los grupos humanitarios en Yemen se preocupan del constante ataque por las fuerzas lideradas por Arabia Saudí que intentan quitar de los rebeldes la ciudad portuaria de Hodeida, en el mar Rojo.

Save The Children dijo esta semana que el sustento a Hodeida podría afectarse o cortarse temporalmente a causa del renovado combate, lo que reduciría la cantidad de alimentos y combustible disponible, y subiría aún más los precios.

El organismo internacional también agregó un millón de niños yemeníes que están en riesgo de hambruna, para un total de 5.2 millones.

Actualmente, más de dos terceras partes de la población de Yemen no saben de dónde llegará su próxima comida, agregó.