El caso se remonta a febrero de 2014, cuando la familia Farnell regresó a Australia con Pipah, una bebé nacido a través de la subrogación, pero dejó en Tailandia a su hermano mellizo Gammy -con la mencionada condición-, ambos nacidos unos tres meses antes.

El supuesto abandono, ampliamente publicado por los medios locales y que supuso el inicio de la campaña en el país asiático contra ese proceso de gestación, conllevó que el Ejecutivo tailandés regulara un amplio negocio que subsistía en el país aprovechándose de resquicios legales.

La polémica se acrecentó al publicarse que el varón del matrimonio, padre biológico de las criaturas, había sido condenado por abuso sexual a menores hacía casi dos décadas.

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Pattaramon Chanbua, la madre gestante, demandó a la pareja ante un tribunal familiar del estado de Australia Occidental para intentar lograr el retorno de Pipah, y acusó a la pareja de abandonar a Gammy.

El juez determinó hoy que Pipah seguirá viviendo con la familia Farnell, quienes no abandonaron a Gammy, según el dictamen.

Durante los meses posteriores al parto, los Farnell trataron de lograr la custodia de los dos bebés, pero regresaron a su país solo con Pipah por recomendación de la embajada de Australia en Bangkok.

"Aunque se encontraban en su casa, estaban petrificados (de miedo) ante la posibilidad de que las autoridades les quitaran a Pipah. Ellos también estaban traumatizados por dejar atrás a Gammy", señaló el juez, recoge el portal del canal ABC.