Pakse, Laos. Los rescatistas buscaban el miércoles a los residentes desaparecidos tras el colapso de parte de una represa de nueva construcción en el sur de Laos, que anegó las zonas rurales colindantes matando a al menos 19 personas. 

Más de 6,000 residentes perdieron sus viviendas cuando parte de la represa cedió el lunes e inundó las aldeas cercanas. 

Por el momento se desconoce el número exacto de víctimas mortales. La agencia oficial de noticias de Laos, KPL, dijo el martes por la tarde que había cientos de desaparecidos pero no proporcionó más detalles. En su último reporte señaló que había 19 decesos confirmados. 

Por otra parte, el diario estatal Vientiane Times explicó en un reporte publicado en su cibersitio que se creía que había 49 desaparecidos hasta el miércoles y que las autoridades estaban centradas en dar con los sobrevivientes ya que, hasta que estuviesen localizados, el número de víctimas mortales seguiría sin estar claro. 

Fotos y vídeos publicados en redes sociales mostraron a los residentes sentados en los tejados para huir de la crecida, mientras otros eran rescatados en barco. Medios estatales, dijeron que en las labores de rescate se estaban utilizando helicópteros. 

SK Engineering & Construction, uno de los dos socios surcoreanos del proyecto, dijo que la parte alta de una de las cinco represas auxiliares rellenas de tierra cayó el domingo en la noche a consecuencia de las fuertes lluvias. 

Pero Korea Western Power, que está previsto que opere la central hidroeléctrica cuando finalicen las obras, dijo que los primeros problemas aparecieron el viernes cuando los trabajadores descubrieron que el centro de la infraestructura se había hundido 11 centímetros (4.3 pulgadas). 

Las labores de reparación se vieron obstaculizadas por las intensas precipitaciones y las dañadas carreteras, y la situación empeoró el lunes cando empezó a salir una cascada de agua de la represa, inundando siete de las 12 aldeas de la zona, apuntó SK E&C. la empresa estaba colaborando en los desalojos y rescates además de intentar contener los daños. 

El gobierno declaró el lugar como zona de desastre y los altos cargos acudieron a la zona. 

La previsión de intensas lluvias y fuertes vientos podría ralentizar las labores de rescate y mantienen el riesgo de inundación en la región montañosa.