El tifón Hagupit dejó provincias enteras sin electricidad en Filipinas, derribó árboles y envió a más de 800,000 personas a albergues antes de debilitarse el domingo, sin causar el nivel de devastación que otra tormenta dejó en la región central del país el año pasado.

Las inundaciones poco profundas, chozas dañadas y carteles de comercios o tejados de hojalata arrancados por el viento eran un paisaje común en el país el domingo, pero no había noticias confirmadas de muertes o de daños importantes, después de que Hagupit se abatiera contra Samar Oriental y otras provincias insulares.

La tormenta presentaba vientos sostenidos máximos de 87 millas por hora y ráfagas de hasta 106 mph, considerablemente más débiles que en su momento de plenitud pero aún de potencial peligroso, según los meteorólogos.

El tifón, que tocó tierra en Samar Oriental el sábado por la noche, avanzaba despacio, descargando intensas lluvias que podrían provocar deslaves e inundaciones.

Más de 800,000 personas acudieron a unos 1,000 refugios y lugares seguros, traumatizadas por las muertes y la destrucción generalizada que causó el año pasado el tifón Haiyan. El gobierno, respaldado por los 120,000 soldados del ejército, realizó un amplio despliegue de prevención con un objetivo de cero víctimas.

Rhea Estuna, una madre de 29 años, huyó el jueves a un centro de evacuación en Tacloban, la ciudad más golpeada por Haiyan el año pasado, y esperó atemorizada mientras Hagupit lanzaba viento y lluvia contra la escuela donde estaba refugiada con su familia. Cuando se asomó al exterior el domingo, dijo haber encontrado un resultado muy distinto del que presenció el año pasado tras el paso de Haiyan.

"No había cuerpos tirados en la calle, ni grandes montículos de escombros", dijo a la Associated Press por teléfono celular. "Gracias a Dios este tifón no fue tan violento".

Haiyan mayó a miles de personas y allanó pueblos enteros con fuertes vientos y olas similares a las de un tsunami, la mayoría en el área de Tacloban.

Casi una docena de países, liderados por Estados Unidos y la Unión Europea, prometieron ayudar en caso de un gran desastre, señaló el jefe de la agencia de respuesta a desastres, Alexander Pama.

El comisario europeo de Ayuda Humanitaria, Christos Stylianides, dijo que se desplegaría un equipo de expertos para evaluar los daños y la ayuda necesaria.

Las autoridades estaban comprobando algunas noticias sobre víctimas mortales, aunque por el momento no se había confirmado ninguna, dijo Pama en una rueda de prensa.

Dos mujeres resultaron heridas cuando el taxi triciclo en el que viajaban fue golpeado por un árbol al caer, en la provincia central de Negros Oriental.

En las provincias donde el peligro por el tifón había remitido, se pidió a los vecinos desplazados que regresaran a sus casas desde los refugios de emergencia. También en Albay, donde se recomendó a más de medio millón de personas que abandonasen los lugares de evacuación.

Sin embargo, casi 12,000 lugareños permanecerán en refugios estatales en Albay porque sus viviendas se encuentran cerca de un volcán activo.

Aunque por el momento las autoridades han expresado su alivio por el desarrollo de la tormenta, advirtieron que Hagupit —"colisión" en filipino— seguía dirigiéndose hacia tres importantes islas centrales antes de poner rumbo el martes al Mar de China Meridional.

Varias localidades azotadas por el tifón se quedaron incomunicadas al caer las líneas telefónicas y eléctricas, indicó el secretario de bienestar, Dinky Soliman.

"Es demasiado pronto para saber (si hay víctimas)", dijo la secretaria general de la Cruz Roja Filipina, Gwendolyn Pang, a la Associated Press. "Crucemos los dedos (...). La Navidad está demasiado cerca".