PARÍS. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo francés, Emmanuel Macron, esperaban dejar a un lado sus diferencias sobre comercio y cambio climático y encontrar terreno común en su reunión del jueves antes de las celebraciones del Día de la Bastilla en París. 

Trump llegó a la capital francesa tras un vuelo nocturno desde Washington, horas antes de reunirse con Macron para abordar posibles soluciones a la crisis en Siria y estrategias antiterroristas más generales. 

La decisión de Trump el mes pasado de retirar a Estados Unidos del acuerdo climático de París provocó indignación en toda Europa y se han convocado protestas en su contra durante su estancia en París. Macron, un firme defensor de la investigación para combatir el calentamiento global, ha hecho una llamada a “todos los ciudadanos responsables”, incluidos científicos e investigadores estadounidenses, para que lleven a Francia su lucha contra el cambio climático. 

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Estaba previsto que los mandatarios ofrecieran una conferencia de prensa tras su reunión, y Trump podría afrontar preguntas duras sobre los emails que revelan que su hijo mayor recibió con agrado la perspectiva de recibir apoyo del gobierno ruso en la campaña electoral del año pasado contra Hillary Clinton. 

Trump salió el miércoles en defensa de su hijo, elogiando la aparición de Donald Trump Jr. en una entrevista en el canal noticioso de Fox. “Fue abierto, transparente e inocente. Esta es la mayor Caza de Brujas en la historia política. ¡Triste!”, tuiteó el presidente. 

El viaje a París podría ofrecer a Trump una oportuna distracción de la polémica. Allí conmemorará el centenario de la entrada de Estados Unidos en la I Guerra Mundial con una visita a tropas estadounidenses. También será el invitado de honor en los actos del Día de la Bastilla, una celebración del orgullo nacional francés. La Casa Blanca lo ha presentado como una celebración de la alianza militar entre París y Washington pasada y actual. 

Los líderes y sus esposas terminarán una ocupada jornada de reuniones el jueves con una lujosa cena en el restaurante Jules Verne en la Torre Eiffel. 

Trump visita una ciudad a la que ha criticado con frecuencia. Cuando anunció su decisión sobre el acuerdo climático, Trump dijo que había sido “elegido para representar a los ciudadanos de Pittsburgh, no París”. Y ha reiterado que la ciudad se ha visto arruinada pro la amenaza del terrorismo, que él relaciona con la inmigración. 

“París ya no es París”, dijo en febrero. 

Sin embargo, las cuestiones antiterroristas ofrecen a los mandatarios el potencial de una sólida relación de trabajo. 

La estrategia de seguridad nacional de Macron no es tan diferente de la de Trump. Sobre Siria, defiende una intervención, afirmando que el presidente, Bashar Assad, es una amenaza para Siria y el grupo extremista Estado Islámico es una amenaza para Francia. 

Francia ha sufrido varios ataques extremistas en los últimos años. Durante las celebraciones del Día de la Bastilla del año pasado, más de 80 personas murieron arrolladas en Niza cuando un camión de 19 toneladas arremetió contra la gente. 

Macron es partidario de una intervención contra el gobierno sirio en respuesta a su empleo de armas químicas, y podría ser un importante aliado conforme el gobierno de Trump intenta aumentar la presión sobre Assad. Pero al hacerlo, tendrán que abordar la cuestión del apoyo de Rusia a Assad, algo que Trump sólo ha reconocido de forma indirecta