El 16 de julio de 2003 miles de fanáticos lloraron la muerte de Celia Cruz, una de las grandes leyendas de la música latina. Con el grito de "¡Azúcar!" le daba sabor a sus contagiantes canciones, porque para ella la vida era un carnaval. Conquistó el mundo con sus coloridas pelucas y su amplia sonrisa.

La cantante cubana fue merecedora del Grammy, tres doctorados Honoris Causa y del más alto honor de las Artes ofrecido por los Estados Unidos recibido de manos del presidente Bill Clinton. También obtuvo una estrella en el Paseo de la Fama en Hollywood.

Celia Cruz nació en el barrio Santos Suárez de La Habana el 21 de octubre de 1924. Se inscribió en el Conservatorio Nacional de Música de Cuba a pesar de la oposición de su padre, quien deseaba que Celia sea maestra. 

Empezó a participar en concursos radiales hasta que La Sonora Matancera se quedó sin solista. Celia Cruz aprovechó la oportunidad y empezó su carrera artística. Con la Fania All Stars trascendió fronteras. Cuando se fue a Estados Unidos, su música fue prohibida en Cuba. En 1962 se casó con Pedro Knight, ex trompetista de la Sonora Matancera y director musical de la cantante. Solo el cáncer separó a la pareja hace ya 14 años.