El escritor Mario Vargas Llosa, ganador del Premio Nobel de Literatura, dedicó una columna al escándalo de Odebrecht y a la situación del ex presidente Alejandro Toledo, acusado de haber recibido $20 millones de la constructora brasileña a cambio de la adjudicación de dos tramos de la carretera Interoceánica.

“Espero que Toledo regrese al Perú ‘motu proprio’, o lo regresen, y sea juzgado imparcialmente, algo que, a diferencia de lo que ocurría durante la dictadura fujimorista, es perfectamente posible en nuestros días”, escribió el autor de ‘La ciudad y los perros’ en el diario español El País.

Mario Vargas Llosa agregó que si Alejandro Toledo –hoy prófugo de la justicia – es hallado culpable debe pagar “sus robos y la enorme traición que habría perpetrado con los millones de peruanos que votamos por él y lo seguimos en su campaña a favor de la democratización del Perú contra los usurpadores y golpistas”.

“Lo traté mucho en esos días y me parecía un hombre sincero y honesto, un peruano de origen muy humilde que por su esfuerzo tenaz había —según le gustaba decir— ‘derrotado a las estadísticas’, y estaba seguro de que haría un buen gobierno”, añadió sobre el ex gobernante.

En otro pasaje del texto, Mario Vargas Llosa reveló que tuvo un distanciamiento de su hijo Álvaro cuando este se desmarcó de Toledo en la segunda vuelta electoral del 2001. 

“Pensé que la susceptibilidad de Álvaro era exagerada e injusta y hasta tuvimos un distanciamiento. Ahora, me excuso con él y alabo sus sospechas y olfato justiciero”, precisó el Nobel.

“Lo cierto es que —pillerías aparte, si las hubo— (Toledo) lo hizo bastante bien, pues en esos cinco años se respetaron las libertades públicas, empezando por la libertad para una prensa que se encarnizó con él, y por la buena política económica, de apertura e incentivos a la inversión, que hizo crecer al país”, destacó.