Madrid. El líder socialista español, Pedro Sánchez, se somete esta semana a su elección como presidente del Gobierno, sin contar con una mayoría suficiente en el Congreso de los Diputados, con lo que se mantiene la incertidumbre política.

Un mes después de que el rey Felipe VI le encargara intentar formar gobierno, Sánchez subirá este martes a la tribuna del Congreso para explicar que su candidatura es la opción más viable para acabar con el bloqueo político creado tras las elecciones del pasado 20 de diciembre.

De esos comicios resultaron cuatro grandes grupos: Partido Popular (PP, centroderecha, 123 escaños), socialistas (PSOE, 90), Ciudadanos (liberales, 40) y Podemos (izquierda, 69), con lo que se rompió el tradicional bipartidismo PP-PSOE y se hicieron imprescindibles los pactos políticos para intentar formar gobierno.

El líder socialista abrió negociaciones a su izquierda y su derecha, con Podemos y con Ciudadanos, pero el acuerdo alcanzado con éstos hizo que Podemos rompiera las negociaciones, por lo que se presenta a la investidura solo con el apoyo de 130 diputados de los 350 del Congreso.

En la primera votación, prevista el 2 de marzo, necesitaría mayoría absoluta (176 votos a favor), mientras que en la segunda, 48 horas después, tendría que conseguir mayoría simple (más síes que noes).

Sin embargo, hasta ahora, tanto PP como Podemos se han negado a apoyar o abstenerse en la investidura de Sánchez, con lo que se prevé que el candidato socialista no sea investido presidente tampoco en segunda votación, circunstancia insólita en España desde la restauración de la democracia hace más de 35 años.

Si Sánchez fracasa en los dos intentos, se abre un plazo de dos meses para intentar negociar otro acuerdo político que permita formar gobierno, antes de que se disuelva el Parlamento y se convoquen nuevas elecciones.

En estas circunstancias, el líder socialista podría perder la iniciativa política en favor del presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, ganador de las elecciones, pero que rechazó la propuesta del rey para formar gobierno con el argumento de que en ese momento no tenía mayoría suficiente.

Rajoy ejercerá en el debate de esta semana como "líder de la oposición" y deberá rebatir a un candidato sobre el que opina que ha engañado a los españoles con un "simulacro", que no le llevará a la jefatura del Gobierno porque no tiene apoyos suficientes.

El Partido Popular insiste en su ofrecimiento a PSOE y Ciudadanos de una gran coalición al estilo de la de otros países europeos, pero insiste en que el gobierno lo debe presidir el líder del partido más votado, en este caso, Mariano Rajoy.

Sin embargo, el PP tiene el lastre de la corrupción interna, sobre todo después de los casos de posible financiación irregular del partido que se están investigado en diversos juzgados españoles.

Por su parte, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, acude al debate lamentando la "traición" del PSOE por pactar con Ciudadanos.