BEIRUT, Líbano— El cese al fuego en Siria negociado por Rusia y Turquía entró en vigor a la medianoche del jueves, un potencial avance en los seis años de conflicto que han dejado más de 250,000 muertos y provocado una crisis de refugiados en toda Europa.

En caso de sostenerse, la tregua entre el gobierno sirio y las principales fuerzas rebeldes será seguida por negociaciones de paz a celebrarse el próximo mes en Kazajistán, indicó el mandatario ruso, Vladimir Putin, al momento de anunciar el acuerdo, al que sin embargo describió como "bastante frágil" y que requiere de "atención especial y paciencia".

La primera media hora de tregua estuvo "llena de calma", dijo Rami Abdurrahman, director del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. Dijo que antes de la tregua, el gobierno bombardeó varias zonas, incluida la provincia de Alepo y suburbio de la capital, Damasco.

La tregua tiene el respaldo de Rusia y Turquía, que apoyan a bandos opuestos del conflicto, y fue bien recibida por Irán y las Naciones Unidas. Rusia señaló que el acuerdo fue firmado por siete de las principales facciones rebeldes sirias, pero ninguna de ellas lo confirmó y una lo negó.

Varias treguas anteriores han colapsado, algunas de ellas en cuestión de días. Sin embargo, este nuevo acuerdo genera esperanza de una negociación política que ponga fin a la guerra en los próximos meses, en parte debido a que el panorama ha cambiado significativamente.

Por una parte, la marea ha cambiado militarmente en favor del presidente sirio, Bashar Assad, luego de que el gobierno recapturó la ciudad de Alepo hace apenas unos días. De igual forma, Turquía, que combate a extremistas curdos y del Estado Islámico en su país, parece más dispuesta a llegar a un acuerdo con Rusia si eso significa proteger sus fronteras.

"Este es un escenario político distinto, y uno espera que emerjan algunos resultados", dijo Hilal Khashan, profesor de ciencias políticas en la Universidad Americana de Beirut. Advirtió que, sin embargo, no se deben esperar resultados inmediatos tras la primera ronda de negociaciones.

El ministro sirio del Exterior, Walid al-Moallem, recibió con buenos ojos el acuerdo de cese del fuego y dijo que existe "una posibilidad real" de una resolución política.

En comentarios realizados a la televisión siria, dijo que el gobierno asistirá a las negociaciones de paz en la capital kazaja, Astaná, "con mente abierta", pero dejó entrever que no está dispuesto a poner en riesgo el destino de Assad.

"Todo es negociable salvo la soberanía nacional y el derecho del pueblo a elegir a sus líderes", subrayó.