Los rescatistas estudian las posibles opciones disponibles para evacuar a los doce niños y su entrenador de fútbol, atrapados desde el 23 de junio en una cueva inundada en Tailandia, en una carrera contrarreloj ante el riesgo de que suba el nivel de las aguas, con el retorno previsto de las lluvias.

"Nuestra mayor preocupación es la meteorología... Estamos en una carrera contrarreloj, ahora estamos en una carrera contra el agua", declaró Narongsak Osotthakorn, jefe de la célula de crisis.

Los socorristas esperan poder hacer que baje el nivel de las aguas de forma suficiente como para que los niños no tengan que bucear o que lo tengan que hacer muy poco.

Los 12 niños futbolistas y su entrenador entraron a la cueva el 23 de junio. (GDA)
Los 12 niños futbolistas y su entrenador entraron a la cueva el 23 de junio. (GDA)

Este es un resumen sobre lo que se sabe hasta ahora:

Una fatal negligencia

La pesadilla comenzó el 23 de junio, cuando el grupo de adolescentes ingresó junto a su entrenador en el laberinto de grutas de Tham Luang Nang Non, la cuarta cueva más grande del país, y no pudieron salir.

Un empleado del parque nacional fue quien primero alertó de su desaparición, luego de encontrar las bicicletas en las que llegaron en una zona donde se recomienda a los turistas no acercarse por su peligro durante los meses de lluvia, como ocurre en esta época del año.

Los niños podrían haber decidido ir a explorar juntos la cueva, que conocían bien, o haber querido protegerse de la lluvia, pues es la temporada del monzón.

Más de 1,000 personas participaron en la búsqueda de los niños. (GDA)
Más de 1,000 personas participaron en la búsqueda de los niños. (GDA)

Lucha contra el tiempo

Tras la alerta, un grupo de más 1,000 personas, entre militares, cuerpos de la marina, trabajadores locales, voluntarios y equipos especializados de varios países, llegó a la zona para apoyar en las tareas de búsqueda y rescate.

Pero los esfuerzos se extendieron por más de una semana, dado el elevado nivel de las aguas dentro de la cueva debido a las constantes lluvias que caen en la zona.

Felicidad a medias

Finalmente, en la noche del lunes y después de nueve días de incertidumbre, dos buzos británicos encontraron a los 13 vivos en un reducido espacio que quedó sobre el nivel del agua tras la inundación, a más de 2 kilómetros [unos 6,562 pies] de la entrada y una profundidad de entre 800 metros [unos 2,625 pies] y 1 kilómetro [unos 3,281 pies].

En el primer video en el que aparecían se les veía demacrados, pero dando las "gracias" a los buzos británicos, los primeros hombres que vieron en nueve días. Las imágenes fueron muy compartidas en redes sociales y visionadas por millones de personas.

"Estoy tan feliz", reaccionó, llorando, la madre de uno de los chicos, Bew, al ver el video, proyectado por los socorristas en una pantalla bajo una tienda, no muy lejos de la entrada de la cueva, donde las familias esperan que sus hijos sean evacuados.

"Está delgado", señaló, no obstante, tras ver el mensaje de su hijo.

Tras la alegría por hallarlos vivos vino la pregunta sobre ¿cómo sacarlos del lugar?

Familiares de los menores celebran que se haya encontrado a los niños. (GDA)
Familiares de los menores celebran que se haya encontrado a los niños. (GDA)

Cómo sobrevivieron

Ben Reymenants, un rescatista holandés que forma parte del equipo internacional que buscó a los chicos, explicó que el lugar donde se encontraban tiene una temperatura relativamente cálida, de unos 26ºC (78.8ºF), lo que evitó una posible hipertermia o hipotermia.

Asimismo, aunque el agua de la inundación que los rodea no es potable, sí lo es la que cae a chorros por las paredes de la cueva, que fue fundamental para impedir que se deshidrataran.

Según Reymenants, otro de los factores que ayudó a su supervivencia es que los niños, por su composición anatómica, pueden sobrevivir más tiempo sin alimentos.

¿Cómo saldrán?

El buceo es el plan de emergencia, aunque ninguno de los chicos sabe nadar. Pero si las aguas vuelven a subir por las lluvias anunciadas para este viernes, en temporada del Monzón, podrían verse obligadas a aplicarlo.

También se ha estudiado la posibilidad de evacuarlos a través de la perforación de un pozo vertical. Los socorristas siguen buscando una vía de entrada desde la cumbre de la montaña que esté conectada o sea fácilmente conectable mediante perforación con la parte de la cueva donde están los niños.

Otra técnica consiste en enviar a uno de los niños para generar confianza entre los menores que estén más asustados. Se trataría de enviar a un niño voluntario para que los socorristas puedan enseñar al grupo una prueba en imágenes de que llegó hasta el final de la cueva y que es posible hacerlo.

Los socorristas tailandeses se plantean sacar "uno por uno", sin precisar el plazo entre las evacuaciones. Un buzo tardaría seis horas en volver a la gruta con una prueba, lo que significa que tiene que disponer de tiempo por delante.

"Podemos ponerlos en una especie de camilla con una botella de oxígeno, una máscara completa y tirar de ellos hacia la salida flotando, sin que tengan que nadar. Es una técnica ya usada" en el pasado, sugirió Bill Whitehouse, vicepresidente del consejo británico de rescate en cuevas.

El buceo es el plan de emergencia, aunque ninguno de los chicos sabe nadar. (GDA)
El buceo es el plan de emergencia, aunque ninguno de los chicos sabe nadar. (GDA)

Lo que se está haciendo

Gran parte de los esfuerzos de salvamento se centran en drenar el agua de la cueva y por eso el rescate puede llevar semanas, o incluso meses. Además, los chicos ya empezaron a recibir lecciones de buceo.

La Marina de Tailandia anunció el lunes que se prepararían para enviar alimentos con los que puedan mantenerse por lo menos cuatro meses y para entrenar a los 13 a bucear.