Nepal.- Una multitud estalló en vítores cuando un adolescente, cubierto de polvo, fue sacado el jueves de entre los escombros de un edificio de siete plantas en Katmandú que se derrumbó hace cinco días por el devastador terremoto que sacudió Nepal.

El chico, que no fue identificado, fue trasladado al exterior en una camilla. Su rostro estaba cubierto de polvo y personal médico le había colocado una vía en el brazo, así como un collarín azul en el cuello. El joven parecía aturdido, y parpadeó al verse bajo la luz del sol.

Un equipo estadounidense de respuesta a desastres trabajó entre los escombros durante varias horas para intentar liberarlo.

Relacionadas

"No estaba demasiado profundo, pero las plantas se habían derrumbado y él quedó emparedado entre ellas", dijo Andrew Olvera, responsable del equipo de la Agencia para Desarrollo Internacional de EE.UU. (USAID por sus siglas en inglés), poco después del rescate.

Unas barras de acero torcidas evitaban que grandes losas de concreto se desplomasen sobre el sitio. Dos placas de concreto colgaban en la parte delantera como cortinas.

"Toda la operación es peligrosa", agregó. "Pero es riesgo frente a ganancias. Para salvar una vida, lo arriesgaríamos casi todo".

Esta fue una de las escasas buenas noticias que se producen en una ciudad sumida en la desesperación desde el terremoto que remeció el país el sábado, causando más de 5,500 muertos en el país del Himalaya, que era ya uno de los más pobres del mundo.