OXFORDSHIRE, Inglaterra. El presidente Donald Trump continúa su gira por Europa en una mezcla de elegantes eventos  y grandes protestas, esto previo a su encuentro hoy con la reina Isabel II y eventualmente el lunes tendrá una reunión en Finlandia con el presidente ruso Vladimir Putin.

El globo gigante de un "bebé Trump" en pañales y sujetando un móvil se alzó hoy enfrente del Parlamento de Londres, como parte de las protestas por la primera visita oficial al Reino Unido deTrump.

El inflable fue erigido por un grupo de manifestantes entre la euforia de la multitud congregada y se espera que flote en la plaza del Parlamento, colindante al emblemático edificio neogótico, durante las próximas dos horas.

En la cercana avenida Whitehall, donde se encuentra la sede del Gobierno y varios ministerios, se paseaba además con un peluquín rubio un robot de la popular serie británica de ciencia ficción Doctor Who, para delicia de los turistas.

El alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan, defendió hoy su decisión de autorizar el vuelo del "bebé Trump", criticado por los conservadores, al afirmar que no es su papel "ejercer de censor" o determinar si una protesta es "de buen o mal gusto".

Pero hay otras protestas en agenda porque a las 10:00 a.m., hora de Londres, se espera la "Marcha de mujeres Paremos a Trump" en la céntrica calle Oxford y a las 1:00 p.m. de esa ciudad la similar protesta "Paremos a Trump", que seguirá el mismo recorrido y acabará con discursos hasta las 6:00 p.m. en la plaza de Trafalgar.

También hay protestas en las localidades de Aylesbury, cerca de Chequers, donde Trump se reúne con la primera ministra, Theresa May, en la ciudad norteña de Manchester y en Glasgow, Escocia, donde el presidente y su esposa pasarán el fin de semana en una visita privada. 

La realidad es que Trump pasó el jueves de un lugar controversial a otro, al dejar la reunión de la OTAN en Bruselas y trasladarse a Gran Bretaña, donde se encontró con un gobierno en conflicto y protestas que lo seguían por todas partes. Sin embargo, todo estuvo tranquilo durante su ceremonia de bienvenida en el palacio Blenheim. 

Cientos de manifestantes coreaban afuera de la residencia del embajador estadounidense en la que Trump se hospeda en las afueras de Londres, como un anticipo a las acaloradas protestas que se prevén durante sus dos días en Gran Bretaña. 

Trump fue llevado rápidamente a un oasis de cálidas bienvenidas en la recepción de gala en Blenheim, lugar de nacimiento de Winston Churchill, el destacado líder que el presidente ha dicho es un modelo de liderazgo. Éste fue sólo uno de varios recorridos en helicóptero en la agenda de Trump, cuyo equipo optó por mantenerlo en gran medida lejos del centro de Londres y de las protestas, las que sin duda proporcionarán algunas de las imágenes que definirán su primer viaje oficial a Gran Bretaña. 

El despegue del helicóptero presidencial de Trump de la residencia del embajador estuvo acompañado de abucheos de manifestantes que golpeaban sartenes y ollas, y otro grupo de inconformes se colocaron a los costados de los caminos cerca del palacio. Sus letreros afirmaban: “Echen a Trump”, “Enciérrenlo”, “Bisoñé, habrá consecuencias muy negativas”. La policía trabajó horas extras, sin días libres. 

La primera ministra Theresa May, cuyo gobierno ha sido sacudido por las renuncias debido a la controversia por el Brexit, recibió a Trump en el palacio. 

Y la reunión anoche con May se enmarcó en polémicas declaraciones del presidente cuestionando el manejo de la primera ministra de la crisis causada por el plebiscito que los está separando de la comunidad europea, el Brexit, y que se publicó por el tabloide The Sun mientras ambos dignatarios participaban de una cena formal.

Trump habló firmemente en favor de los partidarios del Brexit, y advirtió que las propuestas de May afectarían las posibilidades de un acuerdo comercial futuro entre Gran Bretaña y Estados Unidos. 

“Si hacen un acuerdo así, estaríamos en tratos con la Unión Europea en lugar de con Gran Bretaña, por lo que probablemente eso aniquilaría el acuerdo”, afirmó Trump. 

“El acuerdo que ella está concretando es muy distinto al que la gente respaldó con su voto", dijo el presidente.

Antes de dejar Bruselas, Trump le restó importancia a las protestas, pero reconoció que esperaba tensión a su llegada a Gran Bretaña. 

“Me dirijo a algunos lugares muy agitados”, dijo el mandatario previo a su visita a Gran Bretaña y la cumbre del lunes en Finlandia con el presidente ruso Vladimir Putin. “Y dije, ‘Putin podría ser el más fácil de todos ellos’. Nunca sabes. Pero ahora voy a un lugar muy controversial... con muchas renuncias”. 

La ceremonia de bienvenida al aire libre _ Trump usó un esmoquin y la primera dama Melania Trump un vestido de chiffon amarillo claro _ fue de gran pompa con una banda militar, cientos de líderes empresariales de corbata negra y un hermoso atardecer. 

Horas antes en Bélgica, el ambiente fue mucho menos jovial. 

Durante sus 28 horas ahí, Trump habló mal de antiguos aliados de la OTAN, generó dudas sobre su compromiso con la organización de defensa mutua, y generó una sesión de emergencia en el organismo de 29 miembros. 

Luego, en un giro inesperado, dijo que la alianza era una “máquina bien afinada” que había accedido a sus exigencias para acelerar el aumento al gasto militar y aliviar la presión al presupuesto de Estados Unidos. Pero hubo poca evidencia de que los otros líderes hayan cedido a sus deseos en ese frente. 

Ni Trump ni la OTAN proporcionaron detalles de lo que el mandatario estadounidense dijo que logró.