Pablo Casellas Toro, viudo de Carmen Paredes Cintrón, asesinada en la mañana del sábado en una exclusiva urbanización de Guaynabo, rechazó el lunes haber sido el autor del crimen, y negó que confrontara problemas con su pareja.

“Jamás y nunca. Era mi compañera, cómo, después de 19 años... Nosotros somos un núcleo familiar con dos nenas. No es posible. Jamás y nunca se me hubiera pasado por la cabeza. Las cosas se resuelven con palabras, tampoco un grito, aunque en mi casa no se grita, en mi casa no se le pone la mano a nadie encima. Nosotros somos un núcleo familiar que ahora nos tenemos que unir en el sentido de coger un poquito de fuerza por mis hijas”, dijo Casellas Toro durante una entrevista con Super Xclusivo.

La Policía dijo el domingo que, hasta ese momento, no se habían identificado señales de robo, pero Casellas Toro, hijo del juez federal Salvador Casellas, afirmó el lunes que durante el incidente del sábado le habían robado algunos bienes en su residencia en la urbanización Tierra Alta III, en Guaynabo.

“No te puedo describir, porque la verdad es que no te lo puedo describir, porque no tengo la menor idea. Por encimita, se llevaron una cadena, chavos. Que me di cuenta ahora no estaban los $300 ahí. Voy a tener que ir a una ATH. Yo siempre los pongo allí”, dijo Casellas Toro.

Casellas Toro, quien tiene dos hijas adolescentes con Paredes Cintrón, describió el domingo a las autoridades algunas características del presunto asesino, a quien vio salir de su residencia la mañana del asesinato, cuando regresaba a eso de las 9:30 a.m. de visitar a sus padres en una urbanización cercana.

Según su testimonio, al observar al hombre salir por la puerta del garaje, decidió entrar a la residencia, y primero verificó que no le faltara alguna de las múltiples armas de fuego que colecciona. Luego, pasó al área de la piscina, donde observó muerta con dos disparos (uno en la frente y otro en el pecho) a su esposa. Acto seguido, según alegó, salió nuevamente de su propiedad y le dio tiempo a observar al hombre escalando un muro de unos ocho a nueve pies de altura. Allí, Casellas Toro utilizó su arma FN-P calibre .45 y realizó varios disparos, pero no alcanzó al supuesto asesino.

Casellas Toro indicó el lunes que testificó ante la Policía, a pesar de que ello contravenía la recomendación de su abogado, y detalló que las autoridades le practicaron una prueba bucal de ADN.

Cuando la reportera le preguntó sobre la posibilidad de que radicaran cargos en su contra, respondió: “Yo, personalmente, no tengo ningún problema porque yo voluntariamente fui a la Policía”.

De otra parte, volvió a hacer referencia al robo a mano armada del que fue víctima recientemente, pero no quiso establecer un vínculo entre ese incidente y el asesinato de su esposa.

También dijo que, en la escena, las autoridades “encontraron una palma amarrada”, pero no dio detalles.

Casellas Toro dijo que, desde que ocurrió el incidente, ha pernoctado en casa de su padre, y su hijas adolescentes, en casa de un hermano. Precisó también que ha procurado ayuda psiquiátrica para los tres.