Los análisis forenses realizados al arma FN 5-7 ocupada por las autoridades a un individuo el pasado viernes evidenciaron que esta fue la pistola utilizada para asesinar a la ejecutiva de Assurant Solution Carmen Paredes.

“El arma fue identificada como la que utilizaron para matarla”, dijo una fuente a Primera Hora.

La fuente agregó que el Instituto de Ciencias Forenses (ICF) hizo los análisis de rigor durante el fin de semana.

Primera Hora supo que el arma “pasó por la mano de varias personas” antes de ser ocupada.

Las autoridades, se indicó, cuentan con un testigo que vio cuando el arma fue arrojada desde un vehículo en el área de Guaynabo.

Para las autoridades, era importante determinar no solo si se trataba de la pistola “desaparecida”, sino también si era el arma con la que asesinaron a Paredes, por cuya muerte presentaron cuatro cargos contra su viudo, Pablo Casellas, uno de estos por declarar falsamente sobre un arma robada y por desaparición de evidencia.

La directora del ICF, María Conte, indicó ayer que “toda la evidencia que se presentó al Instituto en el caso Paredes se analizó y se entregó”.

“No se puede entrar a discutir piezas de evidencia y análisis pericial”, dijo su portavoz, Betsy Rivera, al inquirirle sobre la nueva evidencia.

Correspondencia entre arma y bala

Aníbal González Rodríguez, un ex agente del Negociado de Investigaciones Especiales (NIE) y experto retirado en análisis forense de armas de fuego, indicó a Primera Hora que el trabajo que se realiza en estos casos consiste en precisar si las características de las balas ocupadas en el cuerpo de Paredes corresponden a las características del arma encontrada.

“Son características microscópicas que se asemejan a las características de las huellas de un ser humano”, explicó González.

En el caso de un asesinato, dijo, si al cuerpo de la víctima le ocupan un proyectil, como sucedió en el caso de Paredes, el patólogo lo refiere a la sección de Armas de Fuego. Igual sucede con los proyectiles, que se refieren al perito en balística para la identificación del arma de fuego y para analizar si ese proyectil fue disparado por esa arma o no.

“El perito lo que hace es que toma disparos de prueba al arma ocupada para compararla con los proyectiles ocupados por el patólogo en la autopsia o los que ocuparon los agentes en la escena del crimen”, dijo.

El perito –explicó– hace disparos de prueba en el laboratorio para luego hacer la comparación microscópica con los proyectiles ocupados en la autopsia y los ocupados en la escena. Así se determina si las características de los proyectiles ocupados en la autopsia tienen las mismas características de los tomados a la pistola sometida como evidencia.

El perito en armas de fuego determina si esa arma fue la utilizada para disparar esos proyectiles.

¿Esa prueba científica no falla?

Eso no falla. Obviamente, el perito tiene que ser uno bueno.

“Esas características son exclusivas de un arma de fuego. Si el perito logra encontrar las características que son las mismas de esa pistola, pues no hay duda de que esa fue la que se utilizó”, dijo González, quien también fue analista de escenas de crimen.

No ha lugar del Apelativo

El Tribunal de Apelaciones declaró no ha lugar un recurso de certiorari incoado por la defensa de Pablo Casellas para que se revocara la decisión del juez coordinador de la Sala de Investigaciones de Bayamón, Rafael Villafañe, de exigir las planillas de las personas que prestaron la fianza de $4 millones impuesta al acusado.

La defensa argumentó en una moción radicada ayer que la regla 218 especifica que si la fianza se va a prestar en efectivo tiene que probarse que ese dinero viene de una fuente legal, pero que en el caso de cheques certificados no hay que hacerlo.

El juez dio cinco días para que los fiadores entreguen las planillas.