Después de una lluvia torrencial, los restos de Carmen Paredes Cintrón, la mujer asesinada en su hogar en circunstancias bajo investigacion de las autoridades estatales, fue sepultada hoy en el cementerio La Piedad, en Cupey, Río Piedras.

La despedida de duelo fue encabezada por el padre Marco Rivera, de la Parroquia Francisco Javier, quien leyó un pasaje biblico del evangelio de San Juan sobre la resurrección de Lázaro y reflexionó sobre valores cristianos fundamentales.

"El cristiano solo es amenazado de resurrección", afirmó el sacerdote al destacar que para el cristiano la muerte es un paso para un eventual reencuentro que trasciende el mundo terrenal.

 Pablo Casellas Toro, viudo de Paredes, así como sus hijas menores encabezaron el grupo de dolientes en el camposanto, así como el juez federal Salvador Casellas, suegro de la víctima.

El religioso católico instó a mantener la fe, a perseverar en la unidad y luchar por un mejor Puerto Rico. Además, reflexionó sobre los escritos de un periodista colombiano que escribió de crímenes atribuidos a las guerrillas de las FARC, en ese país suramericano.

Al recordar su tiempo de estudios en Colombia, el sacerdote dijo que eventualmente el periodista fue amenazado de muerte, pero no se amilanó y continuó escribiendo sobre actuaciones cuestionables de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.

Dijo que los cristianos no pueden ser amenazados de muerte ,sino de resurrección y animó a perseverar en la fe a los familiares de Paredes Cintrón, ultimada a tiros mientras se encontraba en la terraza de su casa, en la urbanización Tierralta III, en Guaynabo.

Sólo un puñado de familiares y conocidos de las familias Paredes y Casellas, así como algunos abogados y compañeros del juez Casellas asistieron al sepelio.

 Al culminar la reflexión del sacerdote católico un primer aguacero refrescó el calor de la tarde y un hermano de Paredes Cintrón, se dirigió brevemente a los presentes y elogió a hermana como madre responsable, noble y persona jovial.

Después Pablo habló y leyó una breve oración. También se leyó un mensaje en inglés enviado por un pequeño sobrino de la difunta.

Una mujer cantó el himno religioso Valle de Paz. Entonces, la familia Casellas Paredes se acercó más el féretro y rezaron el Padre Nuestro. Además, Aracelys Cintrón, a pesar de la consternación por la trágica muerte de su hija, sacó fuerzas para dirigirse a los presentes y agradecer todas las expresiones de apoyo y condolencias recibidas.

 Volvió a surgir la lluvia, esta vez más intensa y cuando finalmente amainó, el féretro cubierto con un manto tejido y adornado con un enorme arreglo de rosas blancas fue llevado al panteón, a eso de las 4:00 de la tarde.

 En ese momento, una anciana comentó llorosa que "cuando muere un ángel, el cielo llora" al referirse a la lluvia que predominó en el camposanto. Poco después, solo los familiares más allegados acompañaron al sacerdote hasta el panteón, donde se produjo el enterramiento.