Hoy, domingo, se cumplen cuatro años de la muerte del niño Lorenzo González Cacho, asesinado en circunstancias que todavía no se han logrado esclarecer.

Lorenzo, de ocho años, murió en la madrugada del 9 de marzo de 2010 en el hogar donde vivía junto a su madre y sus dos hermanas menores de edad, en la urbanización Dorado de Mar, en Dorado.

El niño murió a causa de heridas recibidas en el rostro tras haber sido atacado con un objeto punzante.

El designado secretario del Departamento de Justicia, César Miranda, aseguró el pasado viernes que la investigación avanza “con los nuevos enfoques que se le han dado a la pesquisa” desde que él asumió el cargo el pasado 13 de enero en sustitución de Luis Sánchez Betances.

Relacionadas

Miranda dijo que el  Departamento le está prestando atención a aspectos que anteriormente no se cubrieron o se cubrieron parcialmente. No precisó cuáles.

A raíz del asesinato del niño González Cacho, su madre Ana Cacho fue identificada como sospechosa del crimen y fue privada de la custodia de sus hijas.

Eso ocurrió en octubre de 2010, quedando las menores bajo el cuidado de su padre, Ahmed González.

En enero,  la directora del Instituto de Ciencias Forenses (ICF), Eda Rodríguez, confirmó que ese organismo analiza nueva evidencia del caso.

Los otros sospechosos del asesinato son el agente federal del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), William Marrero Rivera, Jesús Genaro Camacho y  Arnaldo “Naldy” Colón.

El pequeño de 8 años fue golpeado con un objeto en la residencia de su madre en la urbanización Dorado del Mar, lo que le causó la muerte.