El primer juicio contra uno de los beneficiarios acusados por un supuesto esquema de fraude contra el Seguro Social comenzó esta semana ante el juez federal Francisco A. Besosa.

David Rodríguez Colón fue uno de los 75 acusados como parte del operativo "Dinero Fácil", por el cual se alega que 71 de los imputados recibían los beneficios de incapacidad ilegalmente, y los demás son médicos que hacían los informes falsos.

Esta tarde, un jurado compuesto por cuatro hombres y 10 mujeres -dos de estos suplentes- escuchó al agente especial de la Administración del Seguro Social, Javier Montero, testificar que captaron en vídeo a Rodríguez Colón caminando normalmente, sentándose y levantándose sin problema, contrario a las alegaciones que expuso en su informe para recibir los beneficios federales.

Montero declaró a preguntas de las fiscales federales María Domínguez y Marcela Mateo que el 16 de septiembre de 2011, revisó el expediente médico del acusado, que indicaba que recibía los beneficios porque no podía caminar ni doblarse, tenía problemas al sentarse y bajarse. No obstante, ese día lo siguió cuando salió de las oficinas del Seguro Social y se montó en un vehículo en el lado del conductor, cuando una de las alegaciones era que no podía guiar.

El testigo relató que Rodríguez Colón llegó con su esposa -quien también está acusada aparte- a un restaurante de comida rápida. Allí lo grabó y mostró el vídeo al jurado cuando caminaba con la bandeja de comida en la mano, se sentó sin problema y en un momento dado se levantó sin dificultad.

"No se veía con dolor", dijo varias veces Montero, mientras el acusado en momentos se ponía de pie y volvía a sentarse.

Montero narró que cuando Rodríguez Colón salió del restaurante de comida rápida, fue guiando hasta una escuela cercana y cargó el bulto de un niño, lo montó en el baúl y continuó manejando el carro.

También testificó el neurólogo José Hernández, quien ayer se declaró culpable por conspiración para defraudar al Seguro Social tras llegar a un acuerdo con la fiscalía federal a cambio de declarar.

Hernández confesó que tuvo una práctica "exitosa" hasta 2008, cuando comenzó a recibir pacientes casi exclusivamente para emitir informes para recibir los beneficios del Seguro Social. Ya para el 2011, cuando cerró su oficina, solamente recibía pacientes de casos de discapacidad.

Aceptó que "había un parafraseo en la parte de historial y de hallazgos donde se exageraban los síntomas y los hallazgos, yo los exageraba".

Cuando Domínguez le preguntó cómo se siente con lo que hizo entre 2008 y 2011, Hernández confesó que se siente "totalmente avergonzado y arrepentido".

"Quienes me han conocido por más de 30 años saben que tuve una práctica que me dio nombre, estatus, calidad, me hacía sentir orgulloso a mi familia, a mí, a mis amigos y ya al final de mis años útiles en vez de retirarme por la puerta ancha... (lloroso) tengo una mancha... Estoy aquí para tratar de enmendar y corregir los errores ocurridos por mi conducta impropia aceptando mi responsabilidad", expresó Hernández.

En cuanto al caso de Rodríguez Colón, el neurólogo informó que el acusado visitó su oficina el 10 de diciembre de 2008 y el 13 de enero de 2009. En su informe, dijo que tenía interés en hacer gestiones para conseguir el Seguro Social.

Rodríguez Colón le manifestó al médico que tenía dolor en el área del cuello y de la cintura y le llevó una lectura de dos MRI's que se hizo en 2007, que decían que tenía escoliosis lumbar y un disco herniado en el área cervical. Cuando Domínguez le preguntó cuán severa era la condición en una escala del uno al 10, el galeno dijo que entre cinco y seis.

"Podríamos clasificarlos como de leve a moderado", dijo Hernández, quien agregó que le hizo un estudio de conducción nerviosa a Rodríguez Colón y éste salió con una severidad "moderada".

El juicio continúa mañana con las preguntas de la fiscalía y del abogado Raymond Sánchez Maceira.