El joven Jaime Rodríguez Dávila, quien fue acusado este miércoles por los asesinatos de su abuela materna y su progenitora, un doble crimen que ha consternado el pueblo de Cayey, quedó sumariado en el Complejo Correccional de Ponce.

La Policía dijo que tarde en la noche del martes, Rodríguez Dávila admitió que ultimó a su progenitora, Abigail Dávila Rodríguez, de 60 años, así como a su abuela materna, Teofila Rodríguez Colón, de 91 años, a quienes atacó en la casa donde vivía con ambas mujeres, en la urbanización Reparto Montellano, en Cayey.

El juez Francisco Ocasio, del Tribunal de Guayama, encontró causa para el arresto del joven de 29 años por dos cargos de asesinato y seis violaciones a la Ley de Armas, informó la Policía. A Rodríguez Dávila se le señaló una fianza de $1.8 millones y quedó sumariado en prisión hasta la vista preliminar del caso, programada para el 26 de marzo.

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El comandante Diosdado Pérez, jefe del Cuerpo de Investigación Criminal de Guayama, dijo temprano este miércoles que el ahora imputado, quien ha sido descrito como paciente de salud mental, llegó a expresar que había planificado los crímenes desde el año pasado.

“Él (Rodríguez Dávila) nos admite que fue quien le causó la muerte a estas dos ancianitas… Este muchacho, dentro de lo que nos admite, nos admite que esta parte la venía pensando desde hace varios meses atrás. Él utiliza la palabra ‘algún sofoque’ dentro de lo que está ocurriendo, porque ellos tenían unos problemas familiares”, sostuvo Pérez en una entrevista radial (WKAQ 580 am).

Rodríguez Dávila, quien se sospecha mató a sus víctimas a media mañana, atacándolas con un objeto contundente, fue arrestado en la residencia donde vivía con su madre y su abuela materna, poco después que un familiar encontró los cadáveres de las féminas a eso del mediodía del martes, 3 de marzo.

Poco después del hallazgo de los cadáveres de las mujeres, familiares del imputado indicaron a este medio que no era la primera vez que el hombre agredía a sus parientes y que fue internado en un hospital siquiátrico tras golpear a su madre.

El fiscal Víctor Casiano presentó la prueba en este caso junto al agente Federico Colón, de la División de Homicidios de Guayama, quien participó en la investigación en la escena del doble asesinato.

Mientras se tramitaba la acusación por el doble crimen, en el Instituto de Ciencias Forenses, en Río Piedras, el hijo mayor de doña Teófila Rodríguez identificó el cadáver de su progenitora, así como el de su hermana Abigail, confirmó la la portavoz de la agencia, Cynthia Santiago.

Trascendió que los cuerpos serán llevados mañana, jueves, a la funeraria Cayey Memorial, donde se efectuaría el velatorio. Sin embargo, personal de esa entidad, ubicada en la avenida José de Diego, en el casco urbano cayeyano, indicó que todavía no se ha determinado cuándo será el sepelio de ambas féminas.

Yanira Dávila, prima del acusado, dijo el martes que una hermana suya encontró los cadáveres de Abigail, quien era maestra jubilada y también el de Doña Teófila, que era muy querida en la cercana parroquia católica Nuestra Señora de La Merced, donde laboró un tiempo.

“Nos enteramos por una llamada telefónica de mi hermana que trabaja aquí cerca, que acostumbraba a visitar a mi abuela en la hora de almuerzo y es la que se encuentra con la escena. Aparentemente alegan que fue uno de sus nietos, mi primo, quien tiene una condición mental de esquizofrenia y aparentemente terminó con la vida de mi abuela y de su mamá, que es mi tía”, expresó Dávila.

En ese momento, el nieto e hijo de las víctimas acababa de ser transportado esposado en una patrulla de la Policía hacia la comandancia de área de Guayama tras ocuparle la ropa y el calzado como evidencia, ya que estaban ensangrentados. 

El joven fue vestido con un mameluco de papel azul. Al caminar escoltado por agentes estatales lució aturdido, con la mirada perdida y no hizo expresión alguna.

Según vecinos de las víctimas, hace varios días el joven había sido dado de alta de una institución para pacientes con condiciones mentales.

Sobre las víctimas, el comandante Pérez dijo que “ambas presentaban golpes de violencia” y explicó que los investigadores del doble crimen manejaron “una escena muy complicada”.

“El Gobierno no debería limitarse sino siempre ir mucho más allá en estos casos y evitar tanto papeleo y procesos para aquí y para allá”, argumentó Yanira Dávila al implicar la complejidad de procurar atención para Rodríguez Dávila.

“La familia le buscó la ayuda pertinente todo el tiempo…Ellas se lo trajeron porque a él le dieron de alta”, sostuvo al reconocer que su primo fue ingresado en un hospital siquiátrico tras golpear a su progenitora.

Sin embargo, explicó que no lograron extender su estadía en el hospital y poco después de estar en la casa ultimó a las mujeres

“Mi abuela tenía 91 años y era una mujer excepcional, madre abnegada hasta lo último. Si esto le pasó a ella fue precisamente porque no quiso dejar a su hija sola y ese era su nieto, la luz de sus ojos”, agregó Dávila.