El Negociado Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) arrestó a dos individuos acusados por robo o tentativa de robo que se alega afectó el comercio interestatal, así como por delitos relacionados con el uso de armas de fuego.

José Báez Martínez y Benny I. Espada Santini fueron apresados por hechos ocurridos el 19 de noviembre en Coamo, cuando -según se alega- el dúo tocó a las puertas de un negocio que vende boletos de Lotería y se identificó como miembros de la Policía de Puerto Rico. Martínez y Santini, junto a una tercera persona que no fue identificada, estaban enmascarados al momento de los hechos.

Al dueño del local -que hacía las veces de su residencia- le estuvo sospechoso la forma en la que llegaron los individuos, por lo que les preguntó dónde estaban sus patrullas. Fue entonces que los sujetos intentaron romper la puerta del comercio con una herramienta de palanca, según la acusación federal.

La víctima y su esposa resistieron la entrada forzosa al hacer fuerza desde adentro y mantener el seguro puesto. Al ver que no podían tener acceso al local, uno de los individuos sacó un arma de fuego y disparó varias veces contra la puerta, hiriendo al negociante, indicaron las autoridades.

La esposa del herido temió por su vida y salió a buscar refugio. Los tres sujetos entraron a la propiedad y se robaron alrededor de $4,000 en efectivo y un vehículo.

De acuerdo con la información suministrada por las autoridades, quien llamó a la Policía fue un vecino que escuchó el altercado. Éste informó que había visto un Toyota Corolla blanco salir del lugar junto con el automóvil robado.

Agentes de la Policía dieron con el paradero de los carros cuando se dirigían hacia Aibonito por la carretera PR-153 por lo que se produjo una persecución en la que los sujetos dispararon hacia los oficiales. El asaltante que iba en el carro robado fue en dirección hacia Barranquitas y abandonó el vehículo y escapó por la montaña. El Toyota Corolla continuó la marcha hacia Aibonito, y fue entonces cuando lograron detener a Báez Martínez y a Espada Santini.

De ser encontrados culpables, se enfrentan a una pena máxima de 27 años en prisión. El fiscal del caso es Nicholas Cannon.