Una tragedia familiar se escenificó esta mañana en una residencia de la calle Coronel Irizarry en la urbanización San Martín de Cayey, donde un octogenario presuntamente asesinó a su esposa y sus dos hijos, ambos con discapacidad mental.  

Según datos preliminares suministrados por la Policía, Miguel A. Colón Rivera, de 82 años de edad, llamó a su hermana a eso de las 6:30 a.m. y le dio el pésame, al expresarle la frase: “te acompaño en tus sentimientos” y luego colgó.

La mujer preocupada se comunicó al Sistema de Emergencias 9-1-1- a eso de las 6:40 a.m. para notificar lo que le había sucedido y la querella fue cursada a la Policía como una “situación sospechosa”.

Al llegar los patrulleros junto a la querellante encontraron los cadáveres baleados de la familia a eso de las 7:01 a.m. de hoy, miércoles.

En la primera habitación encontraron a su hijo, Miguel A. Colón Rivera, de 57 años, quien es paciente mental con un impacto de bala en la cabeza.

En el área de la cocina divisaron al octogenario con otro impacto de bala en la cabeza y al pasar la segunda habitación encontraron a su esposa, identificada Elisa Rivera colón, de la misma edad, acostada y arropada sobre la cama con otro impacto de bala en la cabeza. Según vecinos de la familia la mujer padecía de Alzheimer.

Finalmente hallaron en otro cuarto el cuerpo de su otra hija Elizabeth A. Colón, Rivera de 52 años, también con un impacto de bala en la cabeza.

En la escena se ocupó un revólver de calibre .38.

El teniente Miguel Rodríguez confirmó que no había antecedentes de violencia de genero.

Sin embargo, más temprano un vecino que se identificó como David, se acercó a la prensa y comentó que el anciano vivía agobiado debido a que su esposa e hijos padecían ciertas enfermedades y tenía que estar "como un esclavo atendiéndolos". 

Se informó que Colón Rivera tiene otro hijo, identificado como Jorge Colón, quien es profesor de química de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras y que fue vicepresidente de la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios (APPU). 

Dos cintillos amarillos prohíben la entrada a la calle Coronel Irrizarry. Solo oficiales y familiares las cruzan, los últimos se funden ocasionalmente en un abrazo, se recomponen, y se vuelven a abrazar.

La hermana del octogenario sufrió una crisis nerviosa por lo que recibió asistencia médica en el lugar de la tragedia.

Agentes adscritos a la División de Homicidios de Guayama investigan el triple asesinato y suicidio junto a la fiscal Yojaira Rodríguez.