Doña Martha Almodóvar estaba lista, vestía colores alegres y así se sentía. Esperaba en el balcón de su residencia en el barrio Puerto Jobos en Guayama una gran visita, de esas que le llenan la casa. Pero ella está acostumbrada, pues goza de la bendición de tener cinco hijos, 10 nietos y 18 biznietos.

Era el grupo de empleados voluntarios del Grupo Ferré Rangel (GFR) y los Centros Sor Isolina Ferré (CSI), que llegaron al humilde hogar con sus manos llenas y dispuestos a ayudar a doña Martha, de 82 años, quien perdió parte de su estructura y pertenencias durante el paso del Huracán María. 

Fue un “Abrazo Solidario” como se denominó esta iniciativa con la que se ayudó a tres familias en necesidad identificadas por los CSI.

En el interior de la casa, el menor de sus nietos, Eduardo Rivera, comenzaba parte de la obra con pintura y rolo en mano. Hizo una pausa para saludar al grupo que, de inmediato, se unió en su misión. 

Al cabo de un rato doña Martha no pudo contener el llanto al ver cómo iba la transformación. Su cuarto quedó totalmente renovado y su baño muy bien vestido a cargo del grupo capitaneado por Diana Vivoni, del Departamento de Recursos Humanos de GFR. 

Mobiliario, enseres, artículos de primera necesidad y comestibles fueron donados.

“Lo que ustedes están haciendo, en el momento que más yo lo necesito, ha sido maravilloso. Me han dado más del triple de lo que yo di. Yo lo di con amor y ustedes lo están dando con amor porque yo lo sé, yo conozco cómo es el servicio de los Centros Sor Isolina. Lo que se hace con amor se multiplica”, agradeció la maestra retirada que durante 15 años laboró para los CSI. 

Allí aprovechó la oportunidad para rememorar junto a Luis Alberto Ferré Rangel, director general de GFR Media, algunas anécdotas de cómo logró convertirse en maestra, de sus días en el barrio que la vio crecer y de sus vivencias como coordinadora de los CSI. 

“Esto (la iniciativa) es triple para mí, porque yo trabajo en el Centro Sister Isolina, trabajo en el Grupo Ferré Rangel y a doña Martha la conocí hace muchísimos años cuando estaba todavía trabajando allá (en los CSI). Fue la primera intercesora de los Centros acá en Guayama. Estoy como un compañero más de trabajo, con colegas acá en el tercer y último Abrazo Solidario de las empresas Ferré Rangel y rindiéndole honor a esta gran puertorriqueña”, reconoció Luis Alberto Ferré Rangel.

Para Vivoni, por su parte, la experiencia fue “gratificante”. “Verla feliz y agradecida nos llena de felicidad. Cumplimos el cometido”.

La iniciativa “Abrazo Solidario” comenzó con el paso del huracán Irma cuando un grupo de voluntarios se movió a Loíza a llevar alimentos a las familias en situaciones difíciles, explicó Amarelis De Jesús Rosario, coordinadora de la Oficina de la Comunidad de los Centros Sor Isolina Ferré. De ahí, con el devastador azote de María se unen todos los programas de los CSI y se extiende la ayuda a nivel Isla. 

No obstante, en diciembre los sobre mil empleados de las empresas del Grupo Ferré Rangel adoptaron con donaciones a tres familias identificadas por los Centros para revitalizar su hogar y proveerle artículos de primera necesidad.