Gilberto Echevarría Piña, un hombre de 37 años convicto por asesinato en la década de los años 90, fue ingresado anoche a la cárcel Las Cucharas, en Ponce, tras ser acusado en ausencia por desacato al tribunal, incumplimiento de pensión alimentaria y, anoche, por el cargo más grave: cometer agresión sexual contra su hija entre los años 2006 y 2013.

El sargento Francisco Báez, jefe interino de la división de Delitos Sexuales de Ponce, explicó que ayer se localizó al hombre junto a su hermano en el residencial Santiago Iglesias de Ponce y fue llevado al Tribunal de ese pueblo, donde el juez Luis Vélez encontró causa para arresto por los delitos de incesto y agresión sexual, fijándole una fianza de $900,000 tras evaluar la prueba recopilada por la agente Milagros Sánchez De León y la fiscal Milagros Saldaña.

Entre la evidencia presentada figura una prueba de paternidad que confirma que el hombre es padre de un niño que ahora tiene ocho años y que procreó con su hija, quien ahora tiene 18 años.

Este complejo caso, indicó Báez, se comenzó a investigarse por la Policía desde que la víctima dio a luz a un varón en el 2006. A pesar de los intentos de las autoridades, la menor no quiso delatar entonces a su padre, quien había salido de la cárcel tras cumplir una condena por asesinato.

"Ella inicialmente no se atrevía denunciar al padre. Él le decía que si lo denunciaba volvería a la cárcel", contó Báez.

No fue hasta finales del 2013 que la víctima decidió cooperar y la prueba científica resultó positiva. Desde entonces el hombre, natural del barrio Bélgica de Guánica, estaba prófugo, tras ser acusado en ausencia por pensión alimentaria y desacato, ya que se le citó al tribunal como sospechoso de la agresión contra su hija.

Báez explicó que la víctima, de muy niña, tuvo que ser removida de la residencia de su madre y comenzó a dar tumbos por hogares sustitutos hasta que finalmente fue entregada a su padre y comenzó su calvario. De hecho, actualmente se encuentra bajo la custodia del Departamento de la Familia.