Su mirada estaba en el limbo. Solo cogía un suspiro cuando llegaba el llanto desconsolador que le recordaba aquella escena en la que horas antes su pequeña hija Arianys, de 8  años, fue asesinada en un confuso incidente cercano a su hogar.

Heidy Luquis está devastada. No hay consuelo para esta joven que el pasado domingo, Día de Madres, perdió a su primogénita luego que el auto  en el que viajaba con su esposo Jonathan Rosa Quiñones, fuera  baleado por otro conductor  de identidad desconocida  cuando llegaban a su casa en la PR-633, en la comunidad  Campamento del sector Grama en Ciales.

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Ella, enfermera de profesión y empleada del Hospital Doctor's Center de Manatí, trató de salvar a su hija dándole los primeros auxilios, pero la herida de bala fue fulminante. 

Como es de suponer en estas tragedias,  Heidy -quien está embarazada de tres meses- no podía pronunciar palabras.

Solo el abrazo de su suegro Norberto Rosa, abuelo paterno de Arianys, pareció consolarle por instantes.

El señor también está deshecho.  “Ay, qué dolor Dios mío. Bendito, mi nena. ¿Por qué, por qué? Ahora yo no sé qué voy a hacer sin ella”, dijo ahogado en lágrimas.

Un poco más tranquilo, don Norberto decidió compartir con este diario algunas anécdotas recientes que tuvo con su adorada nieta, quien en lugar de abuelo lo llamaba  “Negro”.

Por ejemplo, mencionó que el pasado jueves fue con Arianys a comprar unos juguetes con los que se entretuvieron durante el fin de semana.

De hecho, explicó que la niña  -que vivía en la parte baja de su residencia con sus progenitores- durmió en su casa viernes y sábado.

“Ayer por la mañana fuimos a la iglesia  y ella cantó”, expresó en referencia a que la pequeña pertenecía al coro de la iglesia Discípulos de Cristo, en Ciales. “Somos una familia cristiana. Mi hijo es el director de sonido de la iglesia”, dijo.

Al describir a la chiquilla, lo hizo con una sonrisa en su rostro. Era la primera vez que sonreía, en medio de su agobiante sufrir.

En los pasados meses su tema de conversación era el nacimiento de su hermano. Le contaba a todos a su paso, las buenas nuevas sobre el futuro benjamín de la familia.

El abuelo también destacó las virtudes artísticas de la  chiquita.

“Era una nena tan especial, ingeligente y talentosa. Mi esposa la tenía  cogiendo clases de pintura y hacía unos cuadros preciosos”, dijo al recordar que la pasada festividad del Día de Padres Arianys los sorprendió con una pintura de un paisaje de naturaleza con una carreta de bueyes. También le agradaba dibujar casas de campo antiguas.  

Los deportes también atraían a la niña.

“Le encantaba el voleibol. Su vida era de la escuela a los juegos de voleibol y a la iglesia”, rememoró.

 Precisamente, por la vida en armonía que llevaba su hijo, nuera y nieta como familia , es que no comprende cómo sucedió la tragedia.

“Es una injusticia lo que han hecho. Si mi hijo hubiera sido un criminal o estuviera en malos pasos te lo digo. Pero no. Es un muchacho cristiano”, cuestionó quien tuvo la difícil tarea de reconocer el cuerpo de la niña en el Instituto de Ciencias Forenses.

Dijo que en medio de su frustración ha sido su hijo Jonathan -quien a pesar de sus heridas ha permanecido consciente- le ha reconfortado con palabras de aliento.

“Él me dijo:  'papi, perdónalos. No te enojes con nadie. Que Dios se encargue'.  Mi hijo no quiere guardar rencor con nadie”, expresó sobre su vástago quien tiene 27 años y labora como supervisor en la Cooperativa de Ahorro y Crédito Moroveña.

Sobre la salud  de Jonathan, destacó que está “estable”. 

“Todo el  tiempo acompañado de su esposa y de su mamá”, dijo.

Por su parte, el doctor Israel Ayala, director  de Servicios Médicos de la Sala de Emergencias de  Centro Médico indicó que la condición de salud de Jonathan es “estable y con buenos vitales”.

El muchacho, explicó, recibió una herida con entrada y salida en la parte baja de la espalda  y sus lesiones son atendidas por cirujanos de la sala de trauma que hoy se disponían a realizar una intervención quirúrgica.

“Entendemos que su pronóstico puede ser bueno, pero luego del procedimiento de los cirujanos estaremos en mejor posición de saber”, dijo Ayala.

De otra parte, el secretario del Departamento de Educación (DE), Rafael Román Meléndez, lamentó el incidente violento en el que se vio involucrada Arianys, quien cursaba el tercer grado en la escuela Segunda Unidad Nueva Urbana de Ciales.

“Es un momento muy triste y lamentable para nuestra gran comunidad escolar. No hay palabra suficientes que puedan minimizar la pérdida de los familiares, compañeros y maestros de Arianys. No obstante, estamos ofreciendo todo el apoyo necesario para que, dentro del dolor y las circunstancias, el proceso educativo continúe”, expresó por escrito Román Meléndez.

No hay sospechoso

De otra parte, el Inspector Jorge González, jefe del Cuerpo de Investigación Criminal de Arecibo, rechazó que haya algún sospechoso del crimen, como aseguró ayer el alcalde de Ciales, Juan J. Rodríguez.

 “Nos está llegando información y estamos en búsqueda de un vehículo, pero sospechoso por el momento no tenemos. Tampoco hay un móvil”, dijo al agregar que cerca de 15 agentes investigadores colaboran en la pesquisa. 

Así mismo instó a la ciudadanía a cooperar con la investigación de forma confidencial llamando al (787) 343-2020.