La noche del 30 de agosto de 2014 la cajera Jennifer Bernabe realizaba un inventario de barras de chocolate en el área de la cabina del garaje Puma de la Barriada Venezuela, en Río Piedras, cuando escuchó "un ruido fuerte".

En el primer día del juicio que se sigue en contra de Alex Manuel Rivera Ortiz por la muerte de Gladys Arroyo Monzón, la testigo relató que continuó contando la mercancía hasta que escuchó a una persona pidiendo ayuda.

"Ayuda, ayuda, me mataron", apuntó que decía la voz.

"Me asomo y veo a Gladys, una persona que siempre estaba por el garaje... Veo a Gladys debajo de la guagua de la goma de atrás", agregó Bernabe.

Contó que la situación la atribuló, pero que por instrucciones de sus supervisores no abandonó el área de la cabina del garaje.

Ante la jueza Nerisvel Durán Guzmán, del Tribunal de San Juan, relató que poco después un joven asustado le tocó en el cristal.

"Se bajó un muchacho que no la había visto y que no sabía qué hacer. Yo le dije que tampoco la había visto. Le pregunté que dónde estaba ella porque desde donde yo estaba no la veía y que si estaba botando sangre", apuntó.

A preguntas del fiscal Luis Freire Borges, quien representa al Ministerio Público junto a la fiscal Milagros Guntín Pagán, la mujer, de 23 años, indicó que el hombre se acercó a la mujer y cotejó que no tuviera sangre.

"Él va donde ella y la chequea. Ya no se quejaba", apuntó.

"Él regresa. Me dice que se le olvidó lo que iba a comprar. Pide una medalla. Se la bebe y me pregunta qué hacer. Le dije que yo no sabía qué hacer", añadió.

Poco después el hombre se marchó y la cajera, que solo llevaba tres días en ese empleo, llamó a otro empleado, quien la instruyó a llamar a la Policía.

Como parte de su testimonio directo, Bernabe indicó que el lugar estaba oscuro aunque había iluminación en el área de las bombas de gasolina y admitió que tenía un problema de la vista, pero que no usaba espejuelos.

Unos días después del incidente, la mujer identificó al hombre en una rueda de confrontación realizada en el Cuartel de la Policía en Hato Rey luego de que Rivera Ortiz se entregó a las autoridades.

En el contrainterrogatorio del licenciado Carlos Rivera Matos la testigo admitió que no vio el accidente y que no sabe cómo Gladys llegó y salió de la parte inferior de la guagua.

"Sí había escuchado que no la querían por allí", apuntó en referencia a la víctima.

Señaló que no vio cuando el acusado se bajó del vehículo y reconoció que Gladys le dijo a Rivera Ortiz que estaba bien cuando éste se le acercó para ver cómo estaba.

Reconoció también que en la declaración jurada y en la entrevista escrita que concedió a las autoridades solo indicó que el hombre, de 24 años, se compró y se llevó una cerveza. No mencionó que lo observó tomarse la cerveza en su presencia.

Durante las preguntas del abogado defensor, el Ministerio Público objetó con éxito preguntas dirigidas a establecer que la víctima consumía drogas por tratarse de prueba de referencia.

Durante el día hoy, la jueza no admitió unas fotografías del garaje donde ocurrió el accidente porque no se completó con el proceso de autenticación. La agente que tomó las fotos, Leady Martínez, de Servicios Técnicos, no colocó sus iniciales en las mismas así que para que sean admitidas como evidencia los fiscales tendrán que presentar otros testigos para garantizar la cadena de custodia de todas las fotografías tomadas por la agente.

Rivera Ortiz, quien enfrenta un cargo de homicidio negligente, que contempla una pena máxima de tres años de cárcel, y otro cargo por abandonar la escena, estuvo acompañado de familiares durante el proceso.

El juicio continúa mañana.