Roberto Figueroa Castillo, de 23 años, dio a entender que se encuentra arrepentido cuando hoy, viernes, a las 11:00 de la mañana se entregó en la fiscalía de Mayagüez para responder por el vicioso asesinato del baloncelista aficionado Steven Cruzado Torres.

¿Estás arrepentido?, le preguntó Primera Hora a Figueroa Castillo. En respuesta, el joven asintió con la cabeza y de inmediato su abogado, Hermes Acevedo, le indicó “no contestes”.

Una vez Figueroa Castillo llegó al lugar,  inmediatamente fue rodeado y esposado por agentes de la división de Homicidios del CIC de Mayagüez para posteriormente llevarlo a la oficina del fiscal José Criado, en el segundo piso de la fiscalía.

Criado, junto al agente José Ruiz de Homicidios, levanta un pliego acusatorio contra Figueroa Castillo por los delitos de asesinato en primer grado, violación a la Ley de Armas y maltrato de menores.

Este último delito, porque presuntamente cuando ultimó a Cruzado Torres en la cancha del barrio Minillas de San Germán, estaba acompañado de un menor de 10 años, hijo de su compañera sentimental.

Cruzado Torres, de 24, fue ultimado a balazos la noche del miércoles tras cometer una falta personal contra Figueroa Castillo durante un juego de baloncesto. El ahora detenido, le reclamó a Cruzado Torres por la falta, a lo que la víctima contestó que todo era parte del juego.

Acto seguido, Figueroa Castillo caminó hasta un bulto, sacó un revólver y le disparó a Cruzado Torres ante la mirada de unas 15 personas que se encontraban en la cancha. Luego, abordó un vehículo y abandonó el lugar.

Cruzado Torres había comenzado a estudiar gerencia hotelera y contabilidad en la Universidad Católica de Mayagüez y tenía planes de casarse con su novia, Tamara Díaz, el próximo año.