El Negociado Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) arrestó esta mañana a los agentes José Reyes Alicea y Edgardo L. Meléndez Silva, quienes enfrentan acusaciones por conspiración para poseer con la intención de distribuir cocaína y posesión de un arma de fuego durante la comisión de un delito de narcotráfico.

Los dos policías estuvieron adscritos a la División de Drogas y Narcóticos del área de San Juan para la fecha en la que se efectuó la redada por corrupción policíaca contra el llamado Combo de los Suricatos el año pasado.

Sin embargo, la fiscal federal, Rosa E. Rodríguez Vélez, detalló que esta no necesariamente ellos son una secuela de este grupo, pero afirmó que sus acusaciones tienen características similares porque llevaban a cabo arrestos y allanamientos para obtener dinero de narcotraficantes.

“Este caso no es del Combo de los Suricatos, pero acuérdense que los Suricatos envolvía a agentes que hacían estos allanamientos y estos arrestos precisamente para cogerle dinero a narcotraficantes y eso, es más o menos similar. Es una acusación nueva”, sostuvo Rodríguez Vélez.,

El fiscal auxiliar José Capó, reveló, que posterior a los arrestos de los policías el año pasado, en el pliego acusatorio que se denominó Operación Suricatos, Reyes Alicea, había sido asignado al Centro de Recopilación, Análisis y Diseminación de Inteligencia Criminal (CRADIC) y el agente Meléndez, a la División de Vehículos Hurtados de Guayama.

“Según el pliego acusatorio ellos están acusados de haber conspirado para poseer con intención de distribuir cocaína y en adición enfrentan un cargo de posesión de un arma de fuego durante la comisión de un delito de narcotráfico”, detalló Capó.

Rodríguez Vélez, aclaró que los agentes solo están acusados por los delitos antes mencionados y no por los cargos de la redada anterior.

Por el cargo de conspiración se enfrentan a una sentencia de más de 20 años de cárcel y por la violación a la Ley de Armas sería cadena perpetua.

Sobre la posibilidad de que los dos policías arrestados estuviesen vinculados con asesinato del agente Miguel Pérez Ríos, de 35 años, quien laboró con ellos en la mencionada división, ocurrido el 7 de septiembre en el 2015, en la gasolinera Shell, ubicada en la carretera PR-838, Camino Alejandrino, en Caimito, Rodríguez Vélez, indicó que no podía ni confirmarlo o desmentirlo.