Un comerciante, un maestro, un exmilitar y un fabricante de silenciadores para el bajo mundo encabezan la lista de los arrestados durante un operativo de armas ilegales efectuado en las áreas policíacas de Arecibo, Ponce, Caguas y Guayama contra ocho organizaciones criminales.

Durante una conferencia de prensa conjunta entre el superintendente de la Policía, José L. Caldero López y el teniente coronel José J. García Díaz, director del Negociado de Drogas, Narcóticos, Armas Ilegales y Control del Vicio, se informó que durante el transcurso de la investigación que se extendió por un año se ocuparon 59 rifles AK-47 y AR-15, 30 pistolas, un revólver, 1,700 municiones de diferentes calibres, 120 cargadores y unos seis silenciadores fabricados por sus vendedores.

Se expidieron 74 órdenes de arresto de las cuales se diligenciaron 60 con 445 denuncias y fianzas que ascienden a los $69 millones.

La División de Drogas y Narcóticos de Arecibo se infiltró en una de organización denominada “Los que no se Dejan” que tenía dos integrantes que traficaban con silenciadores, entre los cuales figuraba el fabricante, que era un pensionado que laboró como conserje del Departamento de Educación a quien le ocuparon cinco silenciadores, piezas para confeccionarlos, una metralleta Intratec y otra Ingram.

Los silenciadores tienen un costo de entre $400 a $600 depende si es para una pistola o para un rifle.

Inicialmente se intervino con él por la venta de cocaína y de dos libras de marihuana y cuando se le allanó la residencia en Camuy se le ocuparon los silenciadores y sus piezas.

En este grupo figuraba el propietario de un negocio de venta de baterías que vendió marihuana de la variedad “cripy” al encubierto.

“Hemos visto silenciadores hasta con láser, cada día los delincuentes buscan cómo fabricar armas más sofisticadas”, comentó Caldero López. 

Otra de las organizaciones llamada “Los Armani” tenía como armero a un pensionado del ejército que como poseía licencia de armas y podía comprar balas legalmente las vendía a través de su hermano. En total la pandilla vendió 12 rifles, 4 pistolas, 500 balas y 31 gramos de cocaína.

En la residencia de los hermanos, en Manatí se ocuparon para su análisis dos pailas que aparentan ser de pólvora.

De otra parte, los agentes de la División de Drogas y Narcóticos de Guayama arrestaron al maestro de barbería, de 24 años quien tenía antecedentes penales por violación a la Ley de Armas y su pareja de 31 años, vecinos de la urbanización Alturas de Santa Isabel ya que se alega que vendió tres rifles de asalto y dos pistolas. Las ventas las coordinaba desde en una institución educativa privada en Juana Díaz, donde trabajaba.

También se reveló, que la División de Drogas de Ponce investigó una organización que operaba en Juana Díaz y Villalba y otra del barrio Savarona en Caguas tenían líderes que efectuaban las transacciones o tenían suplidores en los Estados Unidos, por tal razón, estas investigaciones continuarán abiertas en consulta con las agencias federales, explicó García Díaz.

El líder del grupo de Juana Díaz y Villalba fue contactado directamente por el agente encubierto en primera instancia y en las próximas transacciones le hizo los pedidos mientras se encontraba en los Estados Unidos. El cabecilla no ha sido arrestado.

El negocio, en el cual laboraban siete personas, les generó ganancias de $626,400 anuales y vendieron al agente encubierto 9 rifles y tres pistolas.

Como parte de la pesquisa, uno de sus miembros, fue arrestado el lunes pasado tras ocuparle dos rifles y 31 gramos de cocaína en la urbanización Glenview en Ponce, a quien se le radicaron cargos federales, adicional a los delitos estatales que enfrenta.

En el caso del grupo del barrio Savarona en Caguas, para el que labora un hijo de un policía, se vendieron 13 rifles y 5 pistolas al agente encubierto, las mismas les fueron enviadas desde Estados Unidos, según reveló la investigación del encubierto.

Caldero López, indicó que este es el tercer operativo de armas ilegales más grande en la historia de la Policía.