Fue un abrazo conciliador, “una fusión de amor”. 

Sonia E. Robles perdió a su hijo, el policíaEdwin R. Pabón Robles en el cumplimiento del deber. 

En la madrugada del viernes pasado, el vehículo oficial en el que viajaba asignado a la División de Patrullas de Carreteras de San Juan impactó  la valla de la salida del puente Teodoro Moscoso hacia la avenida Román Baldorioty de Castro en dirección a Carolina, se salió de la vía, se volcó y cayó en el área verde. 

El conductor de la patrulla, el agente Ángel L. Anes Rodríguez, de 28 años, sobrevivió a la tragedia. 

La funeraria Manolín Memorial en Las Piedras fue el escenario en el las madres de los agentes, Sonia E. Robles y Jacqueline Rodríguez, se fundieron en un  abrazo en el que sus corazones expresaron entre lágrimas y sollozos sus sentimientos. 

“Yo no voy a preguntarle a Dios porqué mi hijo murió y el de usted vivió… Yo quiero que su hijo vaya a tener una vida larga…yo le deseo que su hijo tenga la misma felicidad que yo tuve, el mío se murió. Yo perdí al mío pero yo fui tan feliz con él. En mi familia todos vivimos como su fuera el último día y no todo el mundo tiene ese privilegio”, se le escuchó decir a Robles mientras que la madre del agente herido apenas tenía fuerzas para ofrecerle sus condolencias ahogada por el llanto y tomándola de las manos intentaba consolarla mientras compartían su dolor. 

“Yo quiero que usted esté tranquila y que su hijo esté tranquilo”, agregó Robles.

Para el hermano menor del agente caído en el cumplimiento del deber, Harry Pabón, estoico por la fe religiosa que lo fortalece, ese abrazo de las madres fue una muestra de sentimientos inexplicables que solo tienen sentido para aquel que ha perdido a su ser querido.

“Hay dos cosas que no tienen nombre y es la pérdida de un hijo y de un hermano, ese fue un abrazo solidario el cual yo creo que Dios mismo, no creo que nadie haya dado ese abrazo ese fue Dios el Espíritu Santo abrazando a mi mamá, eso fue una fusión de amor”, sostuvo el hermano de Edwin.