“Nadie se atreva a llorar, dejen que ría en silencio…”

Una tumba coco desde la que se desparramaban las notas de la pegajosa canción “La cuna blanca”, precedió el coche fúnebre en el que se trasladaron los restos de Renato García Delgado, a quien hace un tiempo se le comenzó apodar Linterna Verde, hasta su última morada en un cementerio de la Capital.

A Renato se le sepultó con el mismo disfraz de Linterna Verde con el que también se le veló “de pie” en su residencia,  ataviado como el personaje heroico  preferido de muchos niños y niñas.

Gran cantidad de dolientes, familiares, amigos y residentes del caserío San José, en Río Piedras, llevaban  camisetas alusivas  al famoso personaje, como símbolo de duelo ante el fallecimiento de Renato, a quien todos le atribuyeron bonitas cualidades y virtudes.

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Los vecinos aseguraron que cuando Renato, quien encontró un disfraz de Linterna Verde en el zafacón, decidió vestir  y encarnar el personaje, nadie se burló aunque sí encontraron simpático lo que hizo.

“Lo conocí por muchos años y yo llevo más de 15 años viviendo allí en San José. Era un muchacho muy humilde, siempre alegre, siempre con una sonrisa”,  dijo Mardelia Morales.

Jorge Olmo, conocido como Nano, relató que conoció a Renato desde pequeño, ya que estudiaron juntos desde la escuela pre escolar.

“Era bien bueno. Bien bueno”, dijo con ojos llorosos, muy afectado.

¿Por qué le dio con vestirse como Linterna Verde?

Él siempre quería esa ropita y una vez fue a un negocio del barrio y todos le comentaron que se veía  bien cómico.

¿No fue como una burla?

No, no. Decidieron vestirlo así con esa ropita.

Pero le veo una sonrisita, le comentamos.

No, no. Se dio a querer. Era  muy bueno.

La música de Rafi Levitt y la Selecta continuaba:  “Nadie grite, que nadie llore de sentimiento, si aquel amigo solo se ha ido al descanso eterno. Nadie se atreva a llorar,