El panorama es el siguiente: el cliente que solicita los servicios contacta a esas personas por teléfono o redes sociales, recibe instrucciones de un intermediario y el supuesto masajista es citado a la vivienda, según explicó a este medio el comandante José J. García Díaz. 

Estos casos comienzan a investigarse mediante querellas de ciudadanos, por denuncias de cartas anónimas o por personas a las que se les ha hecho el acercamiento no deseado, explicó García Díaz, jefe del  Negociado de Drogas, Narcóticos, Control del Vicio y Armas Ilegales de la Policía. 

En primer lugar, el agente asignado tiene que verificar, mediante vigilancia, si la dirección y la actividad ilegal en efecto se están llevando a cabo, precisó.

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“Si es que existe esa actividad ilegal, en muchas ocasiones aparecen en páginas de Internet ofreciendo los servicios, bien sea de masaje y a su vez de forma explícita, de hecho, hay fotografías donde se muestras desnudas o a medio vestir y ahí te dice la tarifa. Ejemplo, la casa de cita de ese lugar estamos cobrando por sexo vaginal 200 dólares, pero si lo quieres todo te cobramos 500 y vamos a venir tal día y a tal hora”, indicó García Díaz. 

En algunos casos hay intermediarios que llevan a la persona al lugar, mientras otros que se citan vía Internet, los recogen y los dirigen hacia el sitio del encuentro que puede ser un apartamento o un motel. Estos casos conllevan más investigación porque la información no está explícita. 

“Es más difícil en el sentido de que no tenemos la información explícita, porque no tenemos todavía el personaje. Tendríamos que poder definir e identificar quiénes son las personas, mujeres, hombres que llegan ahí (casa de citas) y planificar un plan de trabajo para hacer un acercamiento y configurar si se comete el delito”, agregó. 

Un imán para delincuentes 

Algunas comunidades están siendo asediadas cada día más por las actividades relacionadas a la prostitución ya que para evitar ser detectadas por las autoridades, las mismas se están centralizando en las urbanizaciones que no siempre tienen control de acceso.

En algunas urbanizaciones, principalmente de ciudades, la dinámica es más secreta ya que la entrada de clientes y de las trabajadoras o trabajadores del sexo a estos hogares convertidos en casas de citas, son muchas veces estructuras alquiladas y, en ocasiones han sido remodeladas, por lo que la entrada y salida de personas no siempre se detecta con facilidad.

No es hasta que los vecinos comienzan a encontrarse con personas ajenas a sus comunidades o si ruidos a altas horas de la noche alteran la tranquilidad del área, es que podría llevarse a cabo una intervención policíaca. 

El año pasado el Negociado arrestó a 568 personas por prostitución callejera. 

Lluvia de denuncias

De acuerdo a las estadísticas del Negociado, en el 2015, personal de la División de Drogas y Narcóticos de San Juan arrestó a 17 personas que fueron contactadas a través de anuncios en páginas web y clasificados de periódicos y acordaron por teléfono citarse en residencias de las urbanizaciones Las Américas, en Puerto Nuevo, Highland Park, en Río Piedras y el condominio Vizcaya, en Hato Rey. Una cuarta intervención se llevó a cabo en los predios de un motel de Caguas. 

La segunda redada del 2015 la llevó a cabo la División de Drogas y Narcóticos de Carolina donde intervino en 5 casas de masaje en Isla Verde y Carolina, donde arrestaron a un hombre y 25 mujeres. 

En 2014, el Negociado arrestó también a un hombre y ocho mujeres en dos casas de masajes en Isla Verde, bajo las mismas circunstancias. 

El comandante José J. García Díaz reconoció que este tipo negocio ilícito genera un ambiente de inestabilidad e inseguridad entre los residentes de estas urbanizaciones que están expuestos a la entrada y salida de vehículos sospechosos y a la presencia de personas ajenas a su comunidad que merodean por sus vecindarios lo que podría redundar en un aumento de la actividad delictiva.