Santa Isabel. Sin consuelo. Así se encuentran los familiares de Angélica Olán Maldonado, asesinada el pasado viernes por su ex pareja y padre de sus dos hijas Francisco López Ortiz, en medio de un incidente por aparentes celos.

El incidente inició cuando Angélica, de 23 años, llegó a su residencia en la carretera PR-536, en el sector Las Ollas de Santa Isabel, en compañía de Alexander Rodríguez Bermúdez.

Según la información ofrecida por el coronel Héctor Agosto, director de la Policía en la Región Sur, López Ortiz los estaba esperando en un auto desde el cual les disparó y se inició una persecución, ya que la pareja no se había bajado del vehículo.

Angélica y su acompañante intentaron huir por la carretera PR-1, en dirección hacia Juana Díaz, mientras López Ortiz, de 43 años, los perseguía y les disparaba.

En el trayecto, a la altura del kilómetro 111.2 en el sector Camboya, de Juana Díaz, la pareja detuvo al sargento de la Unidad Motorizada del Área de Guayama, Nestor Colón, quien se dirigía hacia su hogar, y le pidieron ayuda. Le dijeron, que un hombre los perseguía para matarlos.

El sargento Colón confirmó la denuncia al ver a López Ortiz aproximarse y le indicó a ambos que se detuvieran en la entrada de un camino en el que había en un pastizal aledaño -para que buscaran refugio- mientras atendía la situación. La pareja se bajó del vehículo y se internó en el solar yermo.

A pesar de que el oficial le dio el alto a López Ortiz, el hombre entró al monte detrás de la mujer a la que le disparó, alcanzándola en la cabeza.

La mujer corrió hacia la carretera principal donde fue atropellada por un vehículo conducido por Maico Zayas Quiles, de 27 años. Posteriormente el agresor se suicidó.

El hermano de la víctima, Julio Ángel Olán, narró que estaba en la casa de su tía –donde residía Angélica– y vio al hombre en la calle, quien le dijo que la estaba esperando.

“De pronto viene ella con un compañero de trabajo y cuando lo vieron, siguieron y el les disparó”, recordó.

Julio Ángel indicó que todos temían por su seguridad y que en varias ocasiones la exhortaron a que pidiera una orden de protección, pero ella nunca quiso hacerlo. “Siempre fue un hombre celoso”, añadió.

Elizabeth Martínez, tía que le dio albergue a Angélica y a sus hijas hace cinco meses, dijo que “él era un hombre bueno y siempre venía a ver a las nenas”.

Sobre los servicios fúnebres de la víctima y su victimario, adelantaron que no serán en el mismo lugar.

Maribel Hernández colaboró en esta historia.