Áurea Vázquez Rijos, principal acusada del asesinato por encargo del empresario canadiense Adam Anhang Uster, trató hoy de justificar el no haber regresado a Puerto Rico tras ser acusada formalmente, por el avanzado estado de su difícil embarazo.

Vázquez Rijos, su hermana Marcia y el exmarido de esta, José Ferrer, están acusados de conspiración para asesinar a Anhang Uster, un empresario que firmó en 2005 un acuerdo prematrimonial con Áurea que establecía que en caso de fallecer uno de los cónyuges el superviviente se quedaría con el 30 % del patrimonio del otro.

La acusada indicó, en respuesta a las preguntas de su abogada, Lydia Lizarribar, en una nueva jornada del mediático juicio, que en el verano de 2008 no regresó a Puerto Rico, en el momento en que fue acusada de conspirar para el asesinato de Anhang Uster, por la situación de su embarazo.

Vázquez Rijos aseguró que después tampoco fue posible a causa de los problemas de salud de sus hijas gemelas y de las trabas legales que tenía para abandonar Italia debido a la oposición del padre a que las pequeñas dejaran el país.

Áurea aseguró que en 2008 se presentó ente la Policía de Florencia, pero que no recibió comunicación de autoridades estadounidenses o de Puerto Rico y que no había contra ella orden de arresto alguna.

Según su relato llegó a comprar un billete de avión para Puerto Rico, pero su embarazo fue muy complicado debido a los problemas de uno de los fetos.

La abogada de la acusada llegó a mostrar en un momento dado una copia del pasaje de avión con fecha del 30 de junio de 2008, lo que demostraría su intención de cumplir con la justicia.

Tras el nacimiento de las niñas relató que nuevos problemas surgieron, ahora debidos a que el padre se negaba a que salieran de Italia.

La acusada, tras separarse del padre de sus hijas, se fue entonces a vivir cerca de la comunidad judía de la ciudad de Florencia, hasta el 2012.

Indicó que comenzó a recibir amenazas del secuestro de sus hijas, además de reconocer que aportó documentos falsos a la comunidad judía en su deseo de unirse a ese grupo religioso.

Con el objetivo de probar su ascendencia judía viajó a las Islas Canarias (España) en 2011, aunque no pudo encontrar la documentación que buscaba sobre sus antepasados.

Anhang Uster poseía un negocio inmobiliario que en el acuerdo prematrimonial fue valorado en 24 millones de dólares, lo que significa que Áurea, si fallecía su marido, se embolsaría 8 millones de dólares.

El empresario, que quería divorciarse, fue asesinado en una calle del casco histórico de la capital puertorriqueña a manos de Alex Pabón, quien lo apuñaló y golpeó en la cabeza con una piedra, cerca de la medianoche del 22 de septiembre de 2005, tal y como confesó en este juicio, donde aclaró que fue contratado por los acusados.