Pablo Casellas Toro, el esposo de la mujer asesinada ayer, sábado, en la mañana en una urbanización de Guaynabo, le brindó a la Policía una supuesta descripción del sujeto que él observó saliendo de su residencia con un arma de fuego en la mano.

 El coronel Reinaldo Bermúdez, jefe de la región Norte de la Policía, indicó que Casellas Toro lo describió como un hombre trigueño de unos 5' 5" de estatura. Casellas Toro, quien trabaja como corredor de seguros, alegó que llegó a las 9:30 a.m. a su casa en la urbanización Tierra Alta III, luego de visitar a sus padres en una urbanización cercana, también Guaynabo.

 Según su historia, al observar al hombre salir por la puerta del garaje de su casa, decidió entrar a la residencia y primero verificó que no le faltara alguna de las múltiples armas de fuego que mantienene en su colección. Luego, pasó al área de la piscina, donde observó muerta con dos disparos (uno en la frente y otro en el pecho) a su esposa Carmen Paredes Cintrón, de 46 años. La mujer se encontraba sentada en una silla y leía un periódico, que estaba colocado sobre una mesa.

Tras observar a su esposa con el rostro lleno de sangre, Casellas Toro alegó que salió nuevamente de su residencia y le dio tiempo a observar al hombre escalando un muro de unos 8 a 9 pies de altura. Allí, Casellas Toro utilizó su arma FN-P calibre .45 y realizó varios disparos, pero no alcanzó al supuesto asesino.

 Justo al lado de un gazebo que se encuentra cerca del mencionado muro, se encontró un rifle de perdigones. En el área de la escena, se encontraron varios casquillos de bala pero Bermúdez no quiso indicar de qué calibre eran para "no afectar la investigación".

No obstante, se corroboró por fuentes cercanas a la investigación que se ha descartado el robo como móvil y no se encontró nada forzado en la casa. Casellas Toro no ofreció una teoría sobre lo que pudo haber provocado el ataque contra su esposa. 

A preguntas, Bermúdez alegó que sigue siendo materia de investigación si la pareja confrontaba problemas matrimoniales. Al momento de la muerte de Paredes Cintrón, las dos hijas de la pareja no estaban en la residencia. Una adolescente de 15 años se encontraba de viaje por Europa y una de 17 años no durmió en la residencia.

 Por lo pronto, dijo Bermúdez, no hay un móvil del asesinato. Sin embargo, el coronel fue enfático al decir que "no se descarta nada". Ya la fiscalía de Bayamón está en trámites de solicitar registros de teléfonos y cuentas de correos electrónicos. Igualmente, se ocuparon computadoras y todas las armas de Casellas Toro.

 Se supo que la residencia, ubicada en la calle Ruiseñor, tenía cámaras de seguridad, pero no funcionaban. Casellas Toro fue parco cuando se le preguntó por qué no estaban operando.

 La Policía también solicitará el pietaje de las cámaras de seguridad de la entrada principal de la urbanización.