El asesinato de dos niñas y un niño a manos de su padre, quien luego se suicidó, coloca sobre la mesa la  complejidad de la violencia de género, evidenciada en este caso en el que aparentemente no se consideró la letalidad de la situación y el estado de vulnerabilidad de una mujer inmigrante, a quien el sistema de justicia le falló, destacaron ayer portavoces de la Coordinadora Paz para la Mujer.

La doctora Iris Beth Rodríguez Quiñones, facilitadora del Comité Coordinador de Paz Para las Mujeres, indicó que Marlene Martins “hizo lo que tenía que hacer” al solicitar la orden de protección, sin embargo, el “sistema le falló” y esta fue “la última violencia que se pudo cometer contra esta mujer”.

Relacionadas

Añadió que “muchas veces es muy difícil que una mujer se vista de valor para poder ir al tribunal”, acción que aumenta la letalidad de la situación, por lo que se entra en una zona de alto riesgo.

“No se toma en consideración la parte de cuán letal puede ser este hombre… y se le dan las relaciones paterno-filiales”, detalló. 

También subrayó que independientemente de que hay ocasiones en que una víctima podría minimizar la situación de peligrosidad de su pareja o expareja, el sistema no puede minimizarlo. “A veces hay víctimas que minimizan las situaciones de peligrosidad, sin embargo, el sistema, nosotros que estamos apoyando, no podemos minimizarlo”, apuntó.

Según la doctora Diana Valle Ferrer, especialista en el tema de violencia de género, la comprensión del tema, ejemplificado en el caso de Ponce, requiere un análisis que incluya el asunto de género y poder y las estructuras sociales y culturales. “Si nos olvidamos de este contexto, tendemos a culpar a las víctimas o sobrevivientes y en este caso había muchos indicadores que aparentemente no se tomaron en consideración”, apuntó Valle Ferrer.

Mencionó por ejemplo que “hay estudios que dicen que en el momento de la separación y el divorcio es cuando más alta letalidad hay contra las mujeres… La violencia doméstica es una instancia de dominio y control masculino sobre las mujeres y niños”.

También subrayó que “muchas veces los funcionarios y profesionales no consideran el estrecho lazo entre violencia doméstica y maltrato de menores”. 

Uno de los errores identificados hasta el momento en este caso es que cuando hay situaciones de violencia frente a menores de edad, hay un referido al Departamento de Familia, lo que no ocurrió.

De otro lado, la directora del Centro de la Mujer Dominicana Romelinda Grullón indicó “que cada día hay más obstáculos para brindarles servicios a las mujeres, especialmente inmigrantes que somos las más vulnerables”.

Agregó que “es probable que esta mujer no tuviera ningún grupo de apoyo aquí o familia o no tuviera conocimiento sobre cómo la ley la protegía; posiblemente el abusador tenía mucha influencia”.

En esta misma línea, Rodríguez Quiñones dijo que “no debemos dejar a un lado las vulnerabilidades adicionales que confrontan las mujeres cuando son inmigrantes” y que “la salud mental es otro elemento a considerar en los tribunales para adjudicar relaciones paterno-filiales”.

En cuanto a los hombres, Vilma González, indicó que “debemos enseñarles los beneficios de asumir una paternidad responsable, de hablar con libertad sobre sus sentimientos, de asumir la responsabilidad social que les toca para combatir la violencia hacia las mujeres”.

Para más información o buscar ayuda, puede llamar al 787-281-7579.